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Hace algunos años todo el mundo sabía distinguir entre un todoterreno y un coche común. Sin embargo, la irrupción de una nueva categoría -la de los SUV- ha difuminado esa línea y ha introducido un nuevo tipo de automóvil que hace de puente entre 4×4 y coches convencionales con gran éxito de mercado.

El mundo de los todoterrenos o 4×4

Como ya nos indica su nombre, el todoterreno fue diseñado para ser conducido por cualquier tipo de terreno: automóviles con capacidad de movilidad fuera del asfalto, por lo general, siempre campo a través por zonas rurales, de alta montaña, desiertos y por cualquier lugar de difícil acceso.

Cabe destacar que, a diferencia de los SUV, casi todos los vehículos todoterrenos incorporan tracción a las cuatro ruedas, controlada mediante una caja de cambios que cuenta con una marcha reductora. Es una de las características más notables de este tipo de vehículos, los cuales destacan porque sus primeros modelos son casi tan antiguos como el mundo del automovilismo.

Los sistemas de engranaje son otra de las premisas de los 4×4: muchos todoterrenos cuentan con caja reductora, un sistema indispensable cuando se trata de un vehículo con una potencia media-baja, y que permite multiplicar la fuerza del motor gracias al uso de engranajes especializados para superar obstáculos complicados.  En este sentido, la altura del chasis es un factor muy característico de los 4×4. Este tipo de vehículos se sirve de un bastidor lo más rígido posible, salvo excepciones, que suele estar formado por vigas estructuradas en forma de escalera sobre las que se ancla la carrocería. Esto permite una gran robustez en casos de situación extrema.

    Los SUV o todocaminos

    Acrónimo en inglés de “Sport Utility Vehicle”, los SUV  son los derivados actuales de los 4×4. En su concepción inicial, los SUV responden a un automóvil todoterreno adaptado para un uso mayoritario en asfalto, pero con una capacidad mayor de sorteo de obstáculos que un turismo.

    Así, suelen ofrecer una suspensión de menor recorrido que un 4×4 -menos flexibilidad a las imperfecciones del terreno-, e incluso una altura de eje también menor en algunas ocasiones.  Algunos SUV no tienen caja reductora y pueden no ofrecer tracción en las cuatro ruedas, dependiendo del modelo.

    Aunque su apariencia externa puede ser similar a los 4×4, los vehículos deportivos utilitarios basan su estructura en una carrocería monocasco o autoportante, lo que, por otro lado, otorga un menor peso al vehículo, un mejor comportamiento en carretera -uno de los conocidos puntos débiles de los 4×4- y un mayor ahorro de combustible. A cambio, su capacidad campera es inferior, ya que aunque pueden circular por terrenos difíciles en comparación con un turismo, no cuenta con marcha reductora.

    Ahora que ya conoces las principales diferencias entre un SUV y un 4×4, ¿por cuál te decantas? Una elección que depende en gran medida del uso que vayas a hacer de tu coche. Porque tan importante es conocer nuestras necesidades como saber adaptarlas a nuestras protecciones al volante con un Seguro de Coche MAPFRE. Las mejores protecciones adaptadas a ti y a tus necesidades en carretera, campo o ciudad, y no al contrario.