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Por regla general, lo primero que debemos tener en cuenta son las señales que nos encontramos en la carretera, pues a medida que nos aproximamos a una curva deben aparecer indicaciones sobre cuál es su tipo, la peligrosidad y hasta qué velocidad debemos reducir para finalizarla sin correr ningún riesgo. Normalmente, este tipo de indicaciones aparecen en carreteras secundarias, pues en autovías o autopistas, las curvas suelen ser lo suficientemente abiertas como para no tener que frenar o modificar la velocidad.

Peligrosidad de la curva

La peligrosidad de la curva debe estar indicada con paneles direccionales, que van de uno a tres, dependiendo de cuánto debemos reducir la velocidad. Es decir, si sólo nos encontramos con un panel debemos reducir entre 15 y 30 kilómetros por hora; dos paneles, entre 30 y 45 kilómetros por hora; y tres paneles superpuestos indican que hay que reducir más de 45 kilómetros por hora, según la información ofrecida por la Dirección General de Tráfico (DGT).

La velocidad debe reducirse antes de entrar en la curva, para evitar frenar cuando ya nos encontremos dentro. Así, sólo deberemos volver a acelerar progresivamente cuando estemos saliendo de esta. Si aceleramos mucho al entrar en la curva o antes de tiempo cuando estamos finalizando la trayectoria, es posible que se pierda adherencia y perdamos el control sobre el vehículo.

Vías de doble sentido

En cómo tomar una curva correctamente siempre debemos respetar el carril contrario, sobre todo en vías de doble sentido, por lo que deberemos trazar la curva de tal manera que siempre nos mantengamos en el centro del carril, realizando el giro cuando ya se visualice la salida de la curva y cuando el volante ya tenga que dirigirse hacia la nueva dirección.

Además, si cumplimos con estos sencillos pasos a la hora de girar en curva, ya se trate de un giro leve o de un giro de 180 grados, podemos protegernos frente a circunstancias que se vuelven especialmente peligrosas, ya aún en línea recta, como puede ser encontrarnos con gravilla, aceite, hielo, nieve o con exceso de agua, es decir, que nuestro vehículo pueda hacer aquaplaning o que derrape, multiplica las consecuencias en una curva.

Circular en moto

Cómo tomar una curva de forma adecuada es especialmente relevante en cuanto a la conducción sobre dos ruedas se refiere. Y es que en estos casos, además de tener en cuenta el trazo de la curva, la velocidad y la peligrosidad de la misma, hay que destacar que el giro debe ser acompañado por el movimiento del cuerpo del conductor y del posible pasajero que viaje con él. Además, no se debe frenar únicamente con el freno delantero, pues puede provocar una caída, o girar de una forma brusca, pues es más que probable que se pierda el control sobre la moto.

En este sentido, además de saber cómo tomar una curva correctamente para reducir las posibilidades de un impacto en carretera, debemos conocer la importancia que tiene estar protegido con un buen Seguro de Coche, con coberturas y servicios de calidad que cubran aquellos casos en los que la seguridad no depende de los buenos hábitos del piloto. Así, según el grado de protección que desee el conductor para el vehículo, sus pasajeros, el resto de usuarios o para sí mismo, puede elegir entre seguros de auto a Terceros o seguros a Todo Riesgo, con o sin Franquicia, según las necesidades de cada asegurado.