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No debemos nunca olvidar que la iluminación es uno de los pilares de la seguridad de nuestro vehículo y que, además de reducir la visibilidad, pueden traer consecuencias negativas a la hora, por ejemplo, de pasar la ITV.

Pulir los faros es algo que puedes hacer tú mismo, pero para otras muchas cosas necesitas la ayuda de un experto, el Seguro de Coche MAPFRE pone a tu disposición una amplia red de talleres que te ayudarán a solventar cualquier problema de tu vehículo.

Cómo pulir los faros del coche paso a paso

A la hora de pulir los faros de tu coche puedes decantarte por la opción más profesional: hacerte con un kit para su restauración o hacerlo tú mismo utilizando una serie de materiales:

  • Agua
  • Cinta de carrocero
  • Discos de lana
  • Lijas de grano 400, 1.000 y 2.000
  • Pulimento líquido con siliconas
  • Taladradora
  • Trapo

Limpiar los faros

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Antes de comenzar con el proceso de pulido, será necesario eliminar todos los restos de suciedad que puedan encontrarse en la superficie del faro. Para ello necesitaremos un trapo que no suelte pelusas y un cubo con agua y jabón. Frota hasta que elimines todos los residuos que hayan podido acumularse en cada faro.

Protege la zona

Una vez que estén limpios usa cinta de carrocero para proteger las zonas colindantes a los faros. Con ello evitarás que la lija o el pulimento utilizados afecten a la carrocería o paragolpes. Puedes utilizar también plásticos o papel protector si quieres cubrir una zona más amplia.

Lijar

Para conseguir el mejor resultado será necesario realizar un lijado en el faro afectado, de manera que se elimine la zona más superficial y dañada. Para ello deberás comenzar utilizando la lija más abrasiva colocada en un taladro de velocidad variable. Pon el aparato en la velocidad más baja y comienza el lijado mojando suavemente la superficie a medida que vas realizando el procedimiento y realizando movimientos suaves sin apretar en exceso.

Pasa la lija por toda la superficie del faro y límpialo de nuevo usando un trapo con agua y jabón para eliminar los residuos. Una vez finalizada esta acción el faro adquirirá un tono blanquecino y mate.

A continuación, repite el proceso de lijado con la lija media y continúa con la más fina para conseguir que el faro se vuelva de nuevo transparente. Al acabar, limpia de nuevo el faro con agua y jabón.

Pulir

Coloca un disco de lana en el taladro y aplica sobre él una cantidad pequeña de pulimento líquido y extiéndelo por toda la superficie. Usa la velocidad más baja y realiza movimientos suaves y continuos hasta conseguir la transparencia deseada. Repite la operación hasta que el faro esté en óptimas condiciones.

Limpiar

Tras el pulimento deberás limpiar todo el faro usando de nuevo agua y jabón para comprobar que el resultado es el deseado. Pasa la yema de los dedos por la superficie para cerciorarte de que está lisa y repite el proceso si fuese necesario. A continuación, elimina todos los restos provocados por el proceso y seca el faro correctamente.

Proteger

Es el paso que sin duda dará el acabado más profesional a tus faros. Para conseguir una buena protección puedes utilizar barniz o un sellador. Deberás hacerte con un producto específico para ello y aplicarlo según las instrucciones del fabricante. Deja que se seque y mantén el vehículo durante este tiempo alejado de lugares en los que pueda haber polvo o con inclemencias meteorológicos que dañen el trabajo realizado.