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Las estadísticas demuestran que el asiento trasero central es el más seguro de todos. Esto se debe a que es el espacio que se encuentra más alejado y, por tanto, mejor resguardado ante un impacto frontal o lateral, lo que hace que se reduzcan las nefastas consecuencias en comparación con los otros asientos del coche.

Por este motivo, Tráfico recomienda situar a los menores en el asiento central del coche. En el caso de que no se pueda instalar el sistema de retención infantil en ese espacio, bien porque carece de cinturón de seguridad o de Isofix, lo mejor es colocarlo en el trasero izquierdo –el de detrás del copiloto- y a contramarcha cuando sea posible.

Sin embargo, ocupar dicho asiento del coche también comporta riesgos cuando hablamos de vehículos de mucha antigüedad. Estos coches suelen disponer de un cinturón abdominal con dos anclajes en lugar de tres y carecen de reposacabezas, con lo que se favorece, entre otras cosas, el desplazamiento del cuerpo y el latigazo cervical, respectivamente.

El siguiente asiento de coche más seguro es el trasero derecho que se encuentra en el lado opuesto al conductor. Por su parte, el más peligroso es el del copiloto, ya que en caso de colisión frontal está más expuesto al denominado “volantazo involuntario” del conductor, ya que en caso de un choque inminente, se tiende a dar siempre un giro a la izquierda.

El asiento del conductor es el siguiente menos seguro, seguido por el trasero izquierdo.

La distancia al volante, la altura del asiento o la colocación del cinturón son algunos de los aspectos clave a la hora de minimizar las consecuencias tras un impacto. Una mala disposición del asiento no sólo neutraliza los elementos de seguridad, sino que puede llegar a convertirlos en elementos peligrosos que incrementen los daños sufridos.

  • La distancia del asiento debe ser aquella que nos permita pisar los pedales a fondo manteniendo la pierna ligeramente flexionada, pero lo suficientemente cerca como para poder accionar los pedales sin tener que desplazar el cuerpo hacia adelante.
  • El respaldo tiene que permitir que la inclinación del conductor sea lo más perpendicular posible y mantenga una distancia de al menos 25 centímetros del volante. Para comprobar que se ha calculado correctamente, hay que pegar la espalda al respaldo y alargar el brazo colocando las muñecas sobre la parte superior del volante.
  • La altura del asiento debe ser aquella que favorezca la visión completa de la vía, pero dejado un espacio entre la cabeza y techo de unos 8 o 9 centímetros, para que en caso de impacto lateral la cabeza no impacte con la parte superior de la puerta.
  • Por último, hay que regular el reposacabezas para que proteja la cabeza a la altura de los ojos.

Además de la correcta utilización de los asientos y de los dispositivos de seguridad del vehículo, un seguro de coche es la mejor inversión para nuestra tranquilidad a medio y largo plazo, ya que ofrecen protección ante diferentes situaciones, además de asistencia médica, defensa jurídica y otra serie de garantías.