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El limitador de velocidad es un sistema que permite al conductor fijar una velocidad máxima para que el coche no la exceda. Una medida que ayuda a la seguridad, ya que la velocidad, ya sea por exceso o defecto, es uno de los factores desencadenante de muchos accidentes.

No hay que confundir el limitador con el control de crucero, gracias al cual se selecciona la velocidad deseada y el coche es el que se encarga de aplicar la potencia necesaria para mantener esa velocidad sin que el conductor pise ningún pedal.

En el limitador de velocidad, en cambio, el coche no va automáticamente a la velocidad que le indiquemos, sino que sólo actúa cuando el conductor rebasa el máximo establecido.

¿Cómo funciona el limitador de velocidad?

Su funcionamiento es muy sencillo. El conductor fija el límite que no quiere sobrepasar con la ayuda de un comando situado generalmente en la maneta izquierda o en el volante. De esta forma, cuando sobrepase dicha velocidad, el sistema avisará mediante una señal acústica o visual (limitadores pasivos), o controlará el flujo de combustible con que se alimenta el motor con el fin de mantener dicha velocidad máxima, por mucho que el conductor quiera acelerar (limitador activo).

Sin embargo, no hay que olvidar que el limitador es únicamente un sistema de información, es decir, se puede desactivar manualmente o automáticamente. Esto último ocurre cuando el conductor pisa a fondo el pedal del acelerador, por ejemplo, para salir de una situación comprometida.

¿Se puede quitar el limitador de velocidad?

En la actualidad, este sistema solo es obligatorio en vehículos destinados al transporte de mercancías con una MMA superior a 3.500 Kg.; o de pasajeros con más de nueve plazas (incluyendo el conductor), que no superen las cinco toneladas.

No obstante, la Unión Europea (UE) está trabajando para que los asistentes de velocidad inteligentes -capaces de reconocer señales de tráfico y adaptar los coches a las máximas legales de cada vía- sean obligatorios en todos los vehículos en poco tiempo. En concreto, llegaría de serie en todos los modelos a partir de mayo de 2022 con el objetivo de reducir en un 20 por ciento el número de víctimas mortales en carrera (según estimaciones de la UE).

Tipos de limitadores

Los primeros limitadores de velocidad surgieron en Estados Unidos como una respuesta práctica a sus carreteras interminables y los estrictos controles de velocidad, con el fin de que los conductores pudieran circular relajados sin necesidad de estar pendientes del velocímetro continuamente.

Aquellos primeros limitadores eran mecánicos; más adelante surgirían los electrónicos, ubicados en el volante o en un lugar próximo. Lo último son los limitadores inteligentes de velocidad, que son los que quiere imponer la UE de forma obligatoria.

Los limitadores que más se ven en la actualidad son electrónicos y se controlan mediante unos mandos ubicados en el volante. Pueden ser activos o pasivos:

Activos

Aquellos mediante los cuales podemos fijar una velocidad que el coche no va a sobrepasar bajo ningún concepto. En algunos modelos actúan sobre frenos o cambio para evitar que se embale el coche.

Pasivos

En este caso, se limitan a advertir mediante una señal acústica o visual, que se ha excedido la velocidad. Su función es meramente informativa, ya que no limitan automáticamente la velocidad.

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¿Cuándo usarlo?

El limitador de velocidad es un importante sistema de seguridad, pero también es algo muy práctico: colocarlo a la velocidad máxima por la que se puede circular por una vía hace que no caigamos en despistes.

Se recomienda usarlo en autovías y carreteras muy rectas y monótona, y priorizar su uso al regulador de velocidad en situaciones en las que el tráfico es denso, ya que el limitador sí permite circular libremente a velocidades más bajas.

Como ves, se trata de un sistema práctico e interesante para la seguridad del vehículo. Además, tener un completo Seguro de coche MAPFRE también ayuda a solucionar los percances que puedas sufrir en carretera.

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