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En 1987, Bridgestone creó el World Solar Challenge, una carrera de coches de 3.021 kilómetros que recorre Australia de norte a sur. Más allá de ser una carrera de resistencia al uso, lo que define a esta competición es que sus vehículos están forzados a hacerlo únicamente a través de la energía solar.

Los orígenes del Lightyear One

Han pasado ya nueve ediciones desde la primera vez que ganó el Sunraycer de General Motors. Desde entonces, muchos equipos han intentado superarse ferozmente en prototipos solares. A lo largo de los años, se han ido desarrollando categorías diferentes, entre las que destaca la clase Cruiser: coches pensados para tener capacidad para cuatro pasajeros y ser legal para circular por la calle.

En el año 2013 y 2015, un equipo de ingenieros de la Universidad de Eindhoven desarrolló el Stella y su sucesor, el Stella Lux. Ganaron la clase Cruiser y decidieron dar el siguiente paso: salir al mercado.

Todavía no se sabe cómo será tener un coche en el futuro, pero todos los fabricantes parecen tener claro que será eléctrico, conectado, y autónomo, incluso las empresas que están fuera del sector. Sin embargo, en todo el mundo solo un 3% de la población tiene acceso a un cargador de coches eléctricos a menos de 100 kilómetros. Esto significa que dependen de empresas que construyan la infraestructura necesaria para poder usar un coche voltaico. Los jóvenes ingenieros de Eindhoven decidieron lanzar su coche al mercado.
Lo único que necesita el Lightyear One para poder circular es sol y un enchufe a la corriente eléctrica. Su solución es ambiciosa: crear un coche que se pueda cargar donde sea.

Lightyear One: del prototipo a la realidad

Su experiencia frente al equipo del World Solar Challenge, les ha preparado para ello: su coche Stella Lux de 2015 consiguió recorrer 1.500 kilómetros con una única carga. Vigorizados por sus dos títulos, los estudiantes holandeses fundaron la empresa Lightyear con una misión clara: pasar a recorrer eléctricamente un año luz.

Hoy en día, los coches del mundo suman más de 9,5 trillones de kilómetros al año. Esto equivale a un año luz basado en el combustible fósil. Desde Lightyear, quieren conseguir equiparar la cifra con coches eléctricos para el año 2030. Su solución comienza por el One, un coche diseñado como primer modelo de la empresa disponible al público. El primer coche eléctrico que se puede recargar únicamente con el sol.

Usando tecnología similar a la que tenían en sus prototipos para el World Solar Challenge, su coche eléctrico podría tener hasta 20.000 kilómetros anuales impulsados únicamente por energía solar, dependiendo de la cantidad de sol que reciba la región.

Por ejemplo, desde la empresa, sus ingenieros estiman que, en una ciudad soleada como Madrid, hasta 17.000 kilómetros anuales, mientras en otras con más nubes, la cifra podría disminuirse hasta los 11.000 kilómetros, si se vive en una ciudad como París.

Sin embargo, no se puede depender únicamente del sol. Para combatir su acción intermitente, han dispuesto unas potentes baterías que ofrecerían una autonomía superior a los 400 kilómetros con una sola carga. Además, recargar una hora el coche con una toma de corriente convencional supondría darle unos 120 kilómetros de autonomía.

¿Se puede comprar el Lightyear One?

De momento, ya admiten pedidos en Europa y EEUU, de su futuro modelo One. Encargarlo supone un pago previo de 19.000 euros, que se deducirán del precio final, 119.000 euros. Las primeras 10 unidades serán entregadas en 2019 y las próximas 100, en 2020.

De momento, no es más que un prototipo bajo producción. Curiosamente, en su página web, Lightyear declara que su primera reunión con sus inversores se trató sobre todo de definir “sus planes e historia”, así como “de expandir su red para comunicar su misión con el resto del mundo”. Su siguiente hito: acercarse a un mundo más sostenible.

La realidad es que los Lightyear One parecen estar más enfocados a determinar la dirección de este sector que en producir un coche eléctrico que se pueda cargar únicamente con el sol y que sea una solución práctica para países que no han desarrollado la infraestructura que facilitaría el uso de los eléctricos para su población.

Cabe preguntarse si el precio que han decidido para su vehículo es el correcto. Si están enfocándose en países sin la infraestructura eléctrica necesaria, seis dígitos para un coche son precios astronómicos (en realidad, lo son para cualquier parte del mundo), especialmente considerando que se puede optar por un eléctrico ya consolidado como un Tesla Model S.

Es posible que el coste de producir un coche que funcione a base de paneles solares sea demasiado elevado. Es posible que sea una decisión comercial. A largo plazo, un coche eléctrico que no necesita ningún tipo de combustible, y cuyos tiempos de carga dependen principalmente de la luz solar disponible se trata de una idea muy valiosa y rentable, especialmente cuanto más tiempo pase desde su adquisición.

Todavía queda mucho tiempo para que circulen por nuestras calles frecuentemente, pero la idea es demasiado atractiva como para desestimarla. Como siempre, será cuestión de tiempo para comprobar si su estrategia de mercado y el interés del público despegan y se vuelven exitosos. La idea tiene potencial, pero encontrar el punto de equilibrio es posiblemente la tarea más difícil a la que se enfrentan.

Cuando llegue ese día, nuestro coche solar necesitará una póliza para poder circular y poder enfrentarse a los problemas que le surjan en la carretera. Lo bueno de los Seguros de Coche MAPFRE es que su cobertura es tan amplia, que el vehículo quedará completamente protegido en caso de accidente.