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El Honda CR-V 1.6 i-DTEC que hemos podido probar por distintas carreteras y largos recorridos, está disponible solo con tracción delantera o 4×2 y con transmisión manual de seis velocidades. Pesa 116 kilos menos que el Honda CR-V 2.2 i-DTEC y gracias a esto y tecnologías como el Start-Stop de serie, consume 1.1 litros menos, hasta lograr los 4,5 litros. Las emisiones son de 119 g/km de CO2.

El acento en la comodidad y la eficiencia del Honda CR-V

Para ayudar al conductor a una conducción más eficiente, el Honda CR-V 1.6 equipa el asistente ‘Eco Assist’, que usa la iluminación del velocímetro del coche para aconsejar al conductor cuándo subir bajar de marcha y es posible conducirlo en Modo ‘Econ’, que activa una conducción más relajada y una mayor eficiencia energética. Si desactivamos el modo, la luz del cuadro pasará de verde a azul, y el pedal derecho dejará de ejercer “resistencia”.

Recomendamos el Honda CR-V con el acabado Elegance, que es el equipaba nuestra unidad de pruebas. Este nivel de acabado incluye climatizador bizona, pantalla a color, ayuda de arranque en pendiente, grupos ópticos de LED, cámara trasera, BlueTooth, faros antiniebla, volante y pomo en piel, sensores de luz y lluvia, retrovisor antideslumbrante automático, salidas de aire traseras, espejos plegables eléctricamente, alarma y un retrovisor interno para vigilar los asientos traseros. El acabado superior añadiría a éste elementos Premium como cristales tintados, encendido automático de luces largas, barras de techo y llantas de 18“.

Interior del Honda CR-V 1.6 i-DTEC

El Honda CR-V va muy bien. No es un coche demasiado grande ni demasiado pesado. Este SUV te permitirá moverte con solvencia por ciudad y fuera de ella. A pesar de la baja cilindrada se mueve con solvencia incluso en marchas largas, pero para usarlo exclusivamente en el campo, quizá la versión 2.2 vaya más preparada con la tracción total. Y todas ellas, claro está, tienen las mejores coberturas gracias al Seguro de Coche MAPFRE.