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Conocer la presión correcta de los neumáticos y mantenerla es esencial para garantizar un correcto funcionamiento de nuestro vehículo. En el caso de que las ruedas no tengan un inflado correcto, las deformaciones no tardan en aparecer y además, los neumáticos sufren un desgaste prematuro. Si se circula con una presión inferior a la recomendada, los neumáticos sufren un calentamiento mayor.

Asimismo, esto también influye en un consumo de combustible superior y en una reducción del control del coche. No obstante, los problemas también aparecen cuando la presión es superior a la indicada, ya que de esta forma se pierde adherencia al suelo y también resulta más complicado manejar el vehículo. 

Por este motivo, es necesario que al menos una vez al mes, revises que está en perfecto estado para poder continuar usando tu vehículo. 

Pero, ¿cuál es la presión correcta? Para este pregunta la respuesta es: “depende”, ya que cada tipo de vehículo deberá circular con una presión propia y adecuada a sus características. Si quieres conocer la de tu coche podrás encontrarla en el manual del mismo. 

En este apartado se te indicará las presiones para cada condición, es decir: si el coche viaja con dos ocupantes, con todas sus plazas ocupadas, si lleva peso, remolque…etc. Atendiendo a esta tabla podrás comprobar qué presión necesitas en cada momento. Revísalo y ajusta la presión cuando sea necesario. 

Cómo medir la presión de los neumáticos paso a paso

Medir la presión de los neumáticos es un proceso muy sencillo que debe realizarse al menos una vez al mes. Debes tener en cuenta que lo más habitual es que los neumáticos pierdan presión y esta puede ser de unos 0,069 bar mensualmente, de manera general. 

Para medir la presión de las ruedas necesitarás un manómetro. Puedes encontrarlo en todas las estaciones de servicio y utilizarlo es muy sencillo.  

  • El neumático debe estar frío, es decir, la medición debe realizarse cuando aún no se ha emprendido un viaje largo.
  • Después de quitar el tapón a la rueda, se introduce la herramienta en el neumático. Teniendo mucho cuidado al realizar esta tarea, es importante que la manguera esté bien puesta.
  • En la máquina aparecerá cuál es la presión de cada una de las ruedas y de esta forma sólo es necesario comparar la cifra con la recomendada por el fabricante del coche.
  • Compara el valor del manómetro con el recomendado para tu vehículo. Este debe coincidir y si es más alto o más bajo debe ajustarse para conseguir la presión adecuada para circular.
  • Revisa todas las ruedas. Tampoco está de más que compruebes la presión del neumático de repuesto.
  • Si es necesario, usa un compresor para darles más aire. En el caso de que compruebes que tras realizar esta operación la presión sigue descendiendo o no se mantiene. Llama enseguida a tu Seguro de Coche MAPFRE para llevar tu automóvil al taller más cercano para ser revisado.

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¿Qué daños puede ocasionar circular con una presión inadecuada?

Circular con una presión inadecuada genera, en ocasiones, muchas averías y daños en nuestro vehículo que son fácilmente evitables. A continuación, te mostramos qué puede pasar si conduces con una presión más baja o más alta de la ideal para tu coche. 

Circular con una presión más alta de la recomendada

  • El neumático se desgasta más por el centro: disminuye la superficie de rozamiento y con ello conseguiremos que este se desgaste más en la parte central haciendo que dure menos y se deteriore de manera irregular.
  • Reducción del agarre: al existir menos superficie en contacto con el suelo la adherencia se verá afectada provocando una conducción más insegura.

Circular con una presión más baja de la recomendada

  • Aquaplaning: conducir con unas ruedas con presión baja sobre un pavimento mojado favorecen la pérdida de adherencia lo que puede provocar aquaplaning ya que el agua no se puede evacuar correctamente.
  • Aumento de la distancia de frenado: cuando conducimos con ruedas a baja presión el tiempo que necesitaremos para frenar y la distancia se incrementen considerablemente.
  • Desgaste de los neumáticos: al aumentar la zona de rozamiento, lo hacen también las posibilidades de deformar las llantas o de enfrentarte a un reventón de la rueda.
  • Mayor consumo de combustible: la resistencia de rodadura aumenta y por tanto, también lo hará el consumo de combustible, algo que puede suponer hasta un 6 por ciento más que si circulamos con la presión adecuada.

Como ves, comprobar la presión de los neumáticos es esencial si queremos circular de una manera segura. Con un correcto mantenimiento y siguiendo las recomendaciones del fabricante de nuestro vehículo conseguiremos que este se mantenga en óptimas condiciones durante más tiempo. 

Se trata de una tarea sencilla que te evitará averías costosas, accidentes peligrosos o consumos en carburante o ruedas totalmente innecesarios. Y tú ¿hace cuánto que no compruebas la presión de tus ruedas?