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Frenada irregular: cómo detectarlo y solucionarlo

Mecánico trabajando en unos discos de freno
4 Min de lectura
¿Has recibido un comentario en la ITV o en el taller de que la frenada de tu vehículo es irregular? Te contamos qué significa, como reconocer este fallo y cómo subsanarlo
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Si detectas que tu vehículo realiza una frenada irregular o intermitente, debes localizar el origen del problema lo antes posible. Los frenos son uno de los elementos más importantes para la seguridad del vehículo. Si están en mal estado, la distancia de frenado es mayor y la intensidad, menor, lo que puede originar serios problemas durante la conducción.

Por ello, hay que estar muy atento a los comportamientos que pueda mostrar el sistema, ya que será un indicativo de una avería concreta que hay que solucionar cuanto antes. Si al pisar el freno, la fuerza de frenada llega con menor intensidad a una de las ruedas, puede hacer que, ante una frenada brusca, el vehículo se desestabilice. Esto es lo que se conoce como “frenada irregular”.

¿Cómo detectar una frenada irregular?

En la conducción normal, la frenada irregular es casi imperceptible. Sin embargo, si frenas de forma brusca y notas que el vehículo tiende a irse hacia uno de los lados, lo más seguro es que exista alguna avería en el sistema que hace que el vehículo frene de forma irregular.

Por otra parte, puede que hayas llevado el vehículo a la revisión de la ITV y te hayan alertado de este problema. En cualquiera de los dos casos debes llevarlo al taller para que realicen un diagnóstico analizando las causas y revisen los frenos los frenos con un frenómetro. Este aparato no es otra cosa que un equipo de medición que mide con precisión la fuerza de la frenada y el tiempo que tarda en hacerlo, así como la asimetría de los ejes, la eficiencia de los frenos delanteros, traseros y de mano, y el agarre.

Primer paso: descartar otros fallos

Una vez detectado que tu vehículo realiza una frenada intermitente, el primer paso es descartar que el origen del problema no se encuentra en otros elementos más allá del sistema de frenado.

Una de las cosas que hay que comprobar es la presión de los neumáticos. Para un correcto frenado, es crucial que los dos neumáticos del mismo eje tengan exactamente la misma presión. De no ser así, el de menor presión ofrecerá cierto desequilibrio en el agarre en el momento de frenar.

Además, es importante que los dos neumáticos del mismo eje coincidan también en la marca y tipo, y que su proceso de desgaste vaya parejo.

Por otra parte, hay que comprobar que las ruedas estén bien alineadas. Un desajuste en este sentido puede ser otra causa de frenada irregular.

Cómo solucionar el problema

Una vez descartados otros posibles fallos, llega el momento de centrarse en el sistema de frenado del vehículo. Habrá que revisar, pues, los siguientes elementos:

Los discos de freno

Hay que comprobar la presencia de alabeos o surcos en los discos de freno que puedan dar lugar a esa frenada irregular.

La medición debe realizarse con un reloj comparador (ya que a simple vista puede que no se aprecien saltos en el disco), fijado a la mangueta mediante un soporte magnético. El palpador del reloj hay que colocarlo sobre la superficie de fricción del disco y después hay que girar el disco 360 grados. Una vez hecho esto, se comparan las desviaciones máximas obtenidas con los valores proporcionados por el fabricante. Si el salto es superior a 0,3 milímetros hay que cambiar el disco.

También es importante verificar que el espesor del disco sea el mismo en las diferentes zonas del aro de fricción. Para esta medición lo que se usa es un micrómetro (palmer), con el que deben analizarse, como mínimo, tres puntos de puesta a punto 120 grados alrededor de la banda, manteniendo siempre la misma distancia respecto al borde. Debes cambiar el disco de inmediato si hay una zona más desgastada que otra o si supera el valor mínimo del groso que viene troquelado en el mismo.

Las pastillas de freno

Por otro lado, no está de más que cambies las pastillas de freno, ya que es uno de los elementos que más desgaste sufren con el paso del tiempo, lo que podría justificar el efecto de frenada irregular.

Las pastillas se componen de un soporte metálico, que es el que actúa de base para su colocación y sujeción; y un material prensado, que es el componente que detiene el vehículo mediante fricción contra los discos de freno. Esta es la parte que sufre desgaste.

Los expertos recomiendan cambiarlas, al menos, cada 10.000 kilómetros, cuando se encienta el testigo de freno, o cuando al frenar escuches un chirrido, indicativo de que éstos han llegado ya a la parte metálica.

Pinzas de freno

Las pinzas de freno se encargan de ejercer presión sobre las pastillas mediante un pistón, y al mismo tiempo producen el rozamiento necesario contra el disco con el fin de reducir la velocidad de giro de las ruedas. En algunos casos, la frenada irregular puede deberse a problemas en este elemento, causando diferencias de frenado entre ruedas de un mismo eje. Para comprobar este punto hay que utilizar de nuevo el frenómetro.

Si están dañadas lo mejor es proceder a su sustitución, ya que resulta más sencillo, práctico y efectivo.

Líquido de frenos

Lo último que hay que revisar es el líquido de frenos. Este líquido tiene un punto de ebullición muy alto, pero si comienza a hervir puede dejar al vehículo sin frenos. Además, al ser higroscópico (atrae y absorbe humedad), contribuye a la corrosión de los conductos. Habría que cambiarlo cada cierto tiempo, a ser posible cada dos años (o cuatro como mucho), y siempre por el recomendado por el fabricante.

En cualquier caso, recuerda que realizar un buen mantenimiento de los frenos te evitará problemas futuros, por lo que la mejor opción es examinar el sistema al menos una vez al año. Consulta la red de talleres de tu seguro de coche y realiza las revisiones pertinentes.

Publicado por Blog Motor MAPFRE
- 21 Nov, 2019
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