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Cuando circulamos, la luna delantera del coche está expuesta a todo tipo de suciedad: desde mosquitos, hasta lluvias de barro, polvo, polución, y un largo etcétera, lo que puede causar una pérdida de visibilidad de entre un 20 y un 30 por ciento. Siempre podemos limpiar los cristales del coche, pero la única forma de evitar este problema mientras estamos en marcha es accionando las escobillas y el líquido limpiaparabrisas del coche. Pero, si cuando lo haces, las escobillas hacen ruido o no limpian de forma uniforme, puede que se hayan deteriorado o que haya llegado el momento de cambiar el líquido limpiaparabrisas.

Consejos antes de cambiar el líquido

Lo primero que hay que saber antes de cambiar el líquido limpiaparabrisas del coche es que hay que hacerlo con el motor en frío. De esta manera, se evita el riesgo de sufrir quemaduras por el roce con partes del compartimento que estén calientes.

Si no tienes a mano uno de los productos disponibles en el mercado para ello, puedes usar agua para salir del paso -por ejemplo, durante un viaje. Pero en cuanto puedas, rellénalo con un producto diseñado para tal fin. Según los expertos, utilizar un limpiaparabrisas casero con mezclas de agua y jabón puede hacer que los eyectores se estropeen. Por eso, mejor usar un producto específico capaz de no congelarse y desengrasar

Pasos para rellenar el líquido limpiaparabrisas

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Rellenar el depósito del líquido limpiaparabrisas es una de las tareas más sencillas que tendrás que hacer en tu coche.

1. Localiza el depósito

Para empezar, debes localizar cuál es el depósito del limpiaparabrisas. Dentro del motor, generalmente en un lateral del mismo, verás un compartimento que suele ser de color blanco con un tapón que habitualmente lleva el símbolo de un limpiaparabrisas. Si no lo encuentras, lo mejor es que consultes el manual del vehículo.

2. Vierte el nuevo líquido

Retira el tapón del depósito, coloca un embudo para que no se desparrame el líquido, e introduce poco a poco el nuevo producto.

Si aún quedaba un poco de líquido antiguo en el fondo del depósito, no te preocupes. No pasa nada si se mezcla con el nuevo, ni se deteriora ni da ningún problema.

3. Rellena hasta el límite

Vierte el nuevo líquido limpiaparabrisas con cuidado y controlando que no rebase el recipiente y se salga por fuera. Si tienes dudas, lo mejor es no llenarlo del todo, ya que lo único que puede pasar si haces esto es que tengas que rellenarlo otra vez más pronto.

4. Comprueba que todo está en orden

Cuando hayas terminado de rellenar el depósito, retira el embudo, coloca el tapón y cierra el capó. A continuación, pon el coche en marcha para comprobar que el líquido sale correctamente y que retira bien la suciedad.

5. No te olvides de las escobillas

Este es un buen momento para limpiar también las escobillas del coche. Para ello, retíralas del brazo del limpiaparabrisas, y con una bayeta humedecida en un producto limpiacristales retira la suciedad. Si la suciedad es persistente, usa una esponja, pero nunca estropajos o cepillos, ya que podrían estropear la gomilla.