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Cuando tengas que sustituir tus neumáticos por otros, evita en la medida de lo posible tener que optar por otros de segunda mano, independientemente de si esta solución te parece muy segura y económica. Además de poner en peligro nuestra seguridad, no ofrecen garantías completas.

Si lo que deseas es ahorrarte algún dinero en este cambio, te ofrecemos algunos trucos para que tus neumáticos duren más y puedas posponer en el tiempo este desembolso sin ponerte en peligro.

La presión, clave en la vida de los neumáticos

En general, un neumático puede llegar a durar hasta 30.000 kilómetros, aunque es cierto que algunos fabricantes establecen este límite en 40.000. En este aspecto, es importante destacar que ello dependerá de multitud de factores, entre los que destacan la calidad del producto.

Si llevamos nuestros neumáticos con una presión por debajo de la idónea estaremos provocando una  degradación prematura del neumático, sobre todo en los flancos o en el exterior de la banda de rodadura. Por su parte, el exceso de presión acorta la vida de los neumáticos en la misma medida, pero hace que pierdan adherencia.

Es conveniente poner siempre la presión que marca el fabricante según las condiciones de carga para que la mayor parte del neumático se adhiera correctamente a la calzada y se defienda mejor en todo tipo de situaciones, incluida la lluvia. Por ejemplo: un coche muy cargado necesitará más presión para no comprometer ni su seguridad ni su estabilidad en carretera.

Debes tener un especial cuidado si tus neumáticos son de perfil bajo. En estos casos, una presión inadecuada tiene mayores consecuencias que en neumáticos convencionales, pues hace que aparezcan deformidades con más facilidad.

Si llevas una presión adecuada en tus neumáticos, además de conseguir que se mantengan impecables durante más tiempo, también te ayudará a consumir menos combustible.

Otros consejos para alargar la duración del neumático

  • Evita las superficies como la gravilla, los baches y los socavones en la calzada.
  • Frena en los resaltos y badenes.
  • Conduce de forma suave, ya que el exceso de velocidad o una conducción brusca con acelerones y frenazos frecuentes pueden debilitar las ruedas.
  • Comprueba que los ejes están bien alineados y que las suspensiones están en perfecto estado. Si notas que el volante vibra puede que las ruedas necesiten un equilibrado.
  • Rota los neumáticos cada 10.000 o 15.000 kilómetros para conseguir un desgaste regular.
  • Cuando aparques, procura no golpear la llanta o pellizcar el lateral de la rueda con los bordillos.

Si a pesar de poner en práctica estos trucos para que tus neumáticos duren más, te ves en la obligación de cambiarlos, recuerda que aunque sólo se haya estropeado uno deberás cambiar, como mínimo, los dos del mismo eje. Y para conducir con un extra de tranquilidad y protección, no olvides contratar tu Seguro de Coche MAPFRE para solventar todos los imprevistos que puedan surgir durante un trayecto.