Los coches de gasolina y gasoil admiten desde hace tiempo el turbo eléctrico, aunque es una pieza habitual en los coches de alta gama y Premium. La llegada del turbo Garret marca un antes y un después en esta tecnología y los expertos del sector aseguran que se abren nuevas posibilidades que, además, podrán en poco tiempo llegar a todos los vehículos –incluidos híbridos–  y no solo a los de alta gama.

¿Qué es un turbo y cómo funciona?

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La función del turbo es la misma con independencia de que sea mecánico o eléctrico: proporciona una mayor potencia al motor, aprovechando los gases del escape. Este sistema de sobrealimentación permite conseguir mayor fuerza, aumenta el par y mejora el rendimiento y el consumo.

En contraposición al turbocompresor mecánico, llegó el eléctrico que en sus inicios era un elemento exclusivo para los coches de competición por su coste y especialmente por la baja fiabilidad que presentaban en un uso cotidiano y doméstico.

Con el paso del tiempo los coches de alta gama y prestaciones Premium han incorporado también el turbo eléctrico, es el caso de BMW que patentaba el suyo en 2011. Se ha mostrado especialmente interesante en coches híbridos que han demostrado que la innovación eléctrica es atractiva y no tan cara.

Los nuevos vehículos del mercado tienen nuevas prestaciones y otras necesidades que deben estar cubiertas, por ello, no debes olvidar consultar las condiciones de tu seguro de coche ecológico MAPFRE.

Turbo mecánico frente a eléctrico

La diferencia entre un turbo eléctrico y uno mecánico está en cómo consiguen sobrealimentar el motor a partir de los gases de escape que arroja el vehículo. El eléctrico consigue eliminar las principales desventajas del convencional con la única desventaja aún de su coste económico.

  • El turbo tradicional tiene una turbina a la que llegan los gases y donde son comprimidos, enfriados y devueltos al motor en forma de potencia extra.
  • El turbo eléctrico sustituye la turbina por un segundo turbocompresor alimentado por un pequeño motor eléctrico que permite entregar un par de motor alto, incluso en las situaciones de bajas revoluciones, lo que el turbo tradicional no consigue.
  • Un turbo eléctrico es, en realidad, un compresor eléctrico que genera presión de soplado en los instantes previos a la irrupción de la sobrealimentación de los turbos.
  • El denominado turbo lag –tiempo que trascurre desde que el turbo se acciona hasta que se nota el aumento de potencia extra- es una de las grandes desventajas del turbo tradicional y el eléctrico lo consigue eliminar por completo, su respuesta es inmediata, no existe lapso de tiempo.
  • La eficiencia es también mejor cuando el vehículo integra turbo eléctrico, lo que se traduce en un menor consumo con la misma potencia extra.
  • Es habitual decir que un coche con turbo eléctrico está equipado con tres turbos, pero en realidad, funciona con dos turbocompresores convencionales apoyados por un tercer compresor eléctrico. Así ocurre, por ejemplo, en el Audi SQ7.

El turbo Garrett

La última innovación en el sistema del turbo eléctrico ha llegado de la mano del especialista Garret. En Salón de Frankfurt 2019 presentaba sus E-turbo, un sistema avanzado que supera lo que hasta el momento se conoce como turbo eléctrico.

La novedad Garrett radica en que instala un motor eléctrico en el propio carrete del turbocompresor, no se trata de un compresor extra y un motor que lo alimenta como ocurre en los otros eléctricos.

El pequeño motor es capaz de incrementar el giro del turbocompresor de forma instantánea, desde el ralentí y como es pequeño, es posible instalarlo sin preocuparse por el aumento del peso del vehículo.

El fabricante de turbocompresores ha garantizado la efectividad e innovación de su sistema de turbo eléctrico con cifras concretas para los coches que se decidan a instalar su E-turbo.

  • Mejores prestaciones entre el 10 y el 16 por ciento.
  • Ganancia de un 10.5 por ciento en par nominal.
  • 16 por ciento más de potencia nominal.
  • El tiempo de respuesta baja un segundo y medio a bajas revoluciones, 1.500 con relación a los turbos convencionales.
  • La bajada de consumo de combustible se calcula en un 10 por ciento.
  • Las recuperaciones de potencia a velocidades medias –entre 60 y 100 kilómetros hora- se garantizan un 25 por ciento más rápidas.

Garrett asegura que su nueva tecnología puede instalarse en cualquier tipo de mecánica: gasolina, diésel, híbrida, eléctrica y hasta híbrida de gas. ¿Más ventajas? Desde la compañía aseguran que el E-Turbo Garrett será capaz de recuperar energía cinética y almacenarla en su pequeño motor eléctrico.