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Aprender sobre Seguridad Vial es importante para garantizar la preservación de la propia vida y la de los demás en las vías públicas. Según la Organización Mundial de Salud (OMS), este tipo de accidentes son la segunda causa de muerte a nivel mundial entre jóvenes (de 5 a 29 años).

En España, las últimas cifras de la Dirección General de Tráfico (2017)  revelan un aumento por cuarto año consecutivo del número de fallecidos por estas causas. Urge, por tanto, conocer los peligros y las consecuencias de nuestras acciones al volante para tomar las precauciones debidas y generar hábitos y actitudes que disminuyan las alarmantes cifras de siniestralidad. Por otra parte, y dada la variedad de imprevistos que podemos encontrar sobre el asfalto, es altamente recomendable contar con un seguro de coche lo más completo posible.

Las 5 negligencias más peligrosas en Seguridad Vial

Todos podemos cometer errores de Seguridad Vial en algún momento, poniendo en jaque nuestra propia vida y la de los demás. Pero además, existen una serie de negligencias extremadamente peligrosas que ocurren con más frecuencia de lo que cabría esperar.

Durante 2017, se notificaron 102.233 accidentes con víctimas que ocasionaron 1.830 fallecidos y 9.546 heridos graves. Los principales factores de riesgo que dieron lugar a estas cifras son los siguientes:

Distracciones al volante

Este factor de riesgo aparece en 33 por ciento de los accidentes mortales, según las cifras de la DGT. Un porcentaje que aumenta cuando hablamos de vías interurbanas (37 por ciento). Es decir, el 33 por ciento de los accidentes se podrían evitar si los conductores estuvieran siempre atentos a la carretera, ya que no hacerlo puede llevar a un indeseado aumento de la velocidad, un error de giro, o a no ver a un peatón cruzando una calle, por ejemplo.

En este factor entra también el uso del móvil. Coger el teléfono mientras se conduce se está convirtiendo en una práctica muy habitual a pesar de las campañas de la DGT para erradicar esta conducta. Esta negligencia se lleva al año un total de 190.000 multas, además de los accidentes que genera al no prestar la debida atención a la carretera. Un riesgo totalmente prescindible que asumen muchos conductores.

Velocidad inadecuada

Conducir a una velocidad inadecuada (ya sea excesiva, anormalmente reducida, o sin tener en cuenta las condiciones de la vía) es un problema de seguridad vial en muchos países y la causa del 31 por ciento de las muertes por accidente en España.

Esta es nuestra asignatura pendiente: los españoles superamos la media europea de conductores que afirman circular por encima de los límites de velocidad: el 37 por ciento lo hace en autopistas o autovías; el 34, en carreteras convencionales; y el 11, en zonas urbanas.

Pisar de más el acelerador hace que el conductor pierda el control de lo que le sucede alrededor del vehículo. La velocidad excesiva causa el denominado efecto túnel, es decir, se reduce el ángulo de visión periférica y el tiempo de reacción ante situaciones de riesgo. Además, en caso de producirse una colisión, se multiplica la fuerza del impacto.

Consumo de alcohol

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El 26 por ciento de los conductores fallecidos en el último año dieron positivo en la prueba de alcoholemia.

Todos sabemos que la conducción bajo los efectos del alcohol es peligrosa. Sin embargo, muchos creen que los límites actuales son exagerados o desconocen los riesgos reales a los que se exponen cuando conducen de este modo. Para dar positivo, basta con tomar una copa y media de cerveza (aunque depende de varios factores). Y para tener un accidente, basta con dar positivo.

A partir de una alcoholemia de 0,5 g/l los efectos del alcohol son evidentes para la gran mayoría de las personas: se asumen mayores riesgos, se es menos prudente y más irresponsable, y se cometen más infracciones.

A pesar de los esfuerzos de las administraciones, este problema no cesa, pero es una práctica tan peligrosa para el conductor como para el que se cruza en su camino. Además, según la gravedad de la infracción, los que conducen en estas condiciones pueden enfrentarse a penas de prisión y retirada de carné.

Cansancio o sueño

El sueño aparece cuando menos te lo esperas. No avisa, y puede tener consecuencias fatales. De hecho, el 15 por ciento de los fallecidos en accidentes de tráfico tiene relación directa o indirecta con la fatiga y el cansancio.

Esta situación provoca pérdida de la estabilidad en el ciclo sueño – vigilia, con repercusiones físicas y anímicas graves. Además de cambios neurocognitivos, como una excesiva somnolencia durante el día o cambios de humor.

Pero el peligro no es solo quedarse dormido. Conducir con fatiga hace que se pierda el estado de alerta, la concentración y la velocidad de reacción.

Según diversos estudios, las personas toleran bien la reducción de horas de sueño poco a poco, pero cuando se alcanza el límite de las cinco horas y media de descanso, es cuando comienzan a sentirse mal.

No respetar la prioridad

La sección 3ª de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial establece claramente las normas generales de preferencia de paso. Sin embargo, no todos hacen caso a las señales de prioridad, sobre todo en las intersecciones. Una infracción considerada grave y que causa el 6 por ciento de las muertes al volante.

Por otra parte, no hay que olvidar que, aunque se tenga prioridad de paso, ningún conductor puede entrar con su vehículo en una intersección si la situación de la circulación es tal que pueda quedar detenido de forma que impida u obstruya la circulación.

En este tipo de negligencias, los peatones son los peor parados, ya que son los más vulnerables. Por ello, hay que prestar atención no solo en los pasos de peatones, sino en general, y especialmente de noche.