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A pesar de que las cifras de accidentes de tráfico en España siguen siendo altas, el número de fallecidos en las carreteras se ha reducido en los últimos años gracias, entre otros aspectos, a los dispositivos de seguridad pasiva que incluyen los vehículos y que protegen al conductor y a los ocupantes ante una colisión.

De todos estos dispositivos, el airbag (junto con el cinturón de seguridad), es uno de los más eficaces, ya que reduce hasta un 30 por ciento el riego de muerte en un accidente, además de reducir de forma considerable la intensidad de las lesiones.

Pero, como recuerda la Dirección General de Tráfico (DGT), para que el airbag cumpla con su función, hay que usarlo conjuntamente con el cinturón de seguridad. Ambos dispositivos están diseñados para funcionar de forma complementaria.

Seat

Gracias a la evolución tecnológica, no solo se ha mejorado este dispositivo; además, los fabricantes han dado con la clave para instalar airbags en diferentes zonas del vehículo sin que afecten a los ocupantes, como ocurría hace algunos años, cuando este dispositivo podía llegar a causar quemaduras o estados de sordera temporal.

Los vehículos más modernos pueden estar equipados con hasta diez airbags distribuidos estratégicamente:

Airbag frontal

Es el dispositivo más común y el que más vidas salva. Se encuentra escondido en el centro del volante y en el salpicadero (para proteger al conductor y al copiloto, respectivamente) y se activa cuando se produce un choque frontal, normalmente a más de 30 kilómetros por hora.

    En este caso, es importante recordar que, si se viaja con un Sistema de Retención Infantil colocado en el asiento del copiloto, hay que desactivar el airbag del salpicadero (en este enlace te contamos cómo hacerlo).

    Airbag lateral

    El airbag lateral suele venir de serie en las plazas delanteras y, en los modelos de alta gama, se ofrece la opción para fila trasera de asientos.

    Está situado en los laterales del asiento o en los paneles de las puertas y su finalidad es preservar el tórax y caderas. Estos airbags se despliegan cuando se produce un impacto a una velocidad mayor a los 18 kilómetros por hora.

    Airbag de cortina

    Generalmente, los coches que cuentan con este tipo de airbag lo equipan en las plazas delanteras y traseras. Está situado en los laterales del techo y, cuando se activa el airbag lateral, automáticamente de infla el de cortina y cae descolgándose del techo como una cortina. Protege cabeza y cuello en caso de un impacto de costado.

    Airbag trasero

    Está ubicado detrás de los asientos a la altura de los reposacabezas, y suele estar incluido en coches muy pequeños. Su objetivo es proteger la nuca cuando se sufre un impacto fuerte por detrás.

    Airbag de cinturón

    Como su nombre indica, viene incorporado en el cinturón de seguridad. Al sentir el impacto del coche, se despliega en tan solo 40 milisegundos (menos de la mitad de lo que se tarda en pestañear) y expande el área del cinturón hasta en cinco veces más, lo que disminuye la presión que ejerce en la caja torácica. Además, reduce el riesgo de lesiones en pecho y abdomen.

    Airbag de piernas

    Este dispositivo está ubicado en el lado del conductor, bajo el volante y en los pedales con el objetivo de evitar golpes en rodillas, piernas y pies en caso de accidente.

    Airbag de peatón

    Estos airbags están situados en la parte externa del coche, en el parachoques y el parabrisas. Así, en caso de atropello, se inflan para amortiguar el golpe y evitar que la persona atropellada sufra daños mayores.

    Airbag central

    Es menos habitual que los anteriores. Está escondido entre los asientos y, cuando se activa, evita que los ocupantes del vehículo se golpeen entre sí.

    ¿Cómo funcionan los airbags?

    Los airbags son bolsas de tela elástica (u otros materiales) que se ubican plegadas en varios puntos estratégicos del vehículo. La mayoría de los coches cuentan con airbags en la parte delantera o en los laterales, pero no son los únicos que existen. Puede haber en la parte trasera, en las rodillas del conductor, y hasta airbags que protegen a los peatones en caso de atropello.

    Su funcionamiento es tan simple como eficaz. Cuando un sensor del vehículo (que puede ser eléctrico o mecánico) detecta una frenada brusca o un impacto, estas bolsas que se encuentra escondidas en diferentes zonas del coche se inflan automáticamente en menos de 120 milisegundos con gas nitrógeno.

    De esta forma, protegen al conductor y a los pasajeros ante los golpes que puedan sufrir. Unos segundos después de haberse activado, el aire comienza a salir por los agujeros y se desinflan por completo.

    Para garantizar la máxima seguridad posible, es importante complementar este dispositivo con el uso de los cinturones de seguridad, y dejar una distancia de unos 25 centímetros entre el conductor y el volante (o el copiloto y la guantera).