La indudable aceptación, por parte del mercado, de las motos tipo Café Racer -una tendencia lógica por su estilo y versatilidad tanto en ciudad como en carretera- ha propiciado que Suzuki también se interese por este segmento tan en boga, con su Suzuki SV 650 X. Una motocicleta que no es pequeña pero que se muestra muy compacta en sus dimensiones.

Siguiendo la tendencia de las Café Racer

Con una estética “semi-vintage”, esta nueva oferta de Suzuki se caracteriza por la carencia de cualquier tipo de plásticos o carenado. Tan solo destaca en ella una pequeña cúpula que esconde el faro delantero al más puro y auténtico estilo Café Racer.

En todo su conjunto, la nueva SV 650 X se muestra como una moto con unas medidas muy comedidas (con una distancia entre ejes de 1.445 mm) y esta característica la hace tan ágil como manejable, gracias en buena parte a sus cómodos semi-manillares.

La Suzuki SV 650 X pesa solo 195 kg y traslada a quién la pilota una muy buena sensación de ligereza en cualquier escenario, particularmente en los siempre engorrosos recorridos urbanos, pero también cuando la metemos en carretera; es allí donde su motor de dos cilindros en V muestra todas –que son muchas- sus posibilidades dinámicas.

Su base deriva directamente de la SV 650 (lo que ya es sinónimo de calidad) pero con esos toques “retro” en su diseño, se ha convertido en una auténtica moto de las denominadas “Street Racer” o “Café Racer”. Es decir, una moto personalizada y con rasgos de los años setenta, ese estilo «retro-vintage» tan particular, pero equipada con toda la modernidad mecánica a nivel dinámico.

La posición de conducción es excelente. La altura al suelo del asiento (780 mm) es la adecuada y la posición de los brazos asidos a los dos bajos semi-manillares es la que debe ser; ni vas demasiado erguido ni exageradamente agachado.

Frente al conductor, una pequeña cúpula cubre la óptica frontal, que unida a los semi-manillares, dan a esta moto ese característico estilo de los años setenta. Se aloja también un completo cuadro de instrumentos digital que informa al piloto de todo lo necesario.

Esta información abarca desde la marcha insertada, hasta el nivel del depósito de combustible de 14,5 litros, velocidad, hora y un largo etcétera; una información que se maneja con un pulsador tan sencillo y práctico como intuitivo.

La posición del piloto es muy confortable gracias a la altura del nuevo asiento, mucho más estrecho que en la versión SV 650, un asiento que permite apoyar, por decirlo de alguna manera, la entrepierna en el depósito; algo que -no nos engañemos- ayuda cuando nos enfrentamos a recorridos en carreteras viradas. Sobre la moto, la sensación es muy auténtica.

Modernidad mecánica a nivel dinámico

El motor bicilíndrico en V de 4 tiempos ofrece 76,5 cv a 8.500 rpm de potencia y dispone de un sistema de asistencia a bajas revoluciones, lo que facilita la arrancada y evita esos desagradables, y en ocasiones incómodos tirones incontrolados; una buena noticia para los usuarios menos experimentados.

Volviendo al motor de 645 cc de cubicaje y 76,5 CV de potencia es un sencillo dos cilindros en V a 90 grados, rellena el chasis multitubular característico de la marca. Y dinámicamente es muy agradable ya que dispone de buenos bajos idóneos para ciudad y excelentes para carretera, que llegan a la rueda trasera suavemente, lo que la hace fácil de manejar y olvidarse de la maneta del embrague, particularmente en conducción por la ciudad.

El chasis, tubular, cumple sobradamente y las suspensiones también pese a que, para mantener ese estilo retro, Suzuki ha optado por equiparla con una horquilla convencional de eje centrado (aunque quizá una horquilla invertida le hubiera dado un plus de efectividad, pero eso en los setenta no existía) aunque la que lleva cumple a la perfección, tanto a nivel estético como mecánico.

La parte trasera se confía a un amortiguador regulable marca de la casa y en cuanto al tubo de escape no tiene el atractivo “vintage” pero le aporta un toque estiloso. Un escape que se caracteriza por ser un dos en uno de última generación, con un sonido ronco muy característico.

Si a todo lo dicho, le añadimos un precio más que asequible (7.299 euros) para este tipo de moto, la nueva Suzuki SV 650 X, es una muy buena opción para los que están en ese punto de sustituir, por fin, su scooter por una moto urbana y rutera a la vez, en la que sobre todo destaca su encantador estilo.