Qué son las baterías LFP y qué coches las llevan
Resumen del contenido
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Las baterías para los vehículos cada vez son más sofisticadas, sobre todo cuando hablamos de coches eléctricos. En la actualidad existen distintos componentes para fabricarlas como pueden ser el níquel, el litio o el manganeso. Pero también encontrarás algunas denominadas LFP. Te contamos qué son las baterías LFP y qué coches las llevan.
¿Qué son las baterías LFP?
Las LFP son una variante de las baterías de litio convencionales, en ellas el litio se sustituye por láminas de fosfato de hierro que se sitúan en el polo positivo del cátodo, de ahí sus siglas procedentes de su denominación Lithium Ferrum Phosphate.
Mientras que en el polo positivo se encuentran las láminas de fosfato de hierro, en el polo negativo se sitúan un conjunto de cristales de carbono, entre los que hay pequeñas partículas de litio. Estas se sumergen en un líquido electrolítico para obtener su carga eléctrica, de tal manera que abandonan los cristales de carbono y se desplazan hasta el polo positivo.
Con este procedimiento se genera la corriente eléctrica que se agotará cuando el litio se aloje descargado en el polo positivo. Una vez que esto sucede se puede introducir electricidad de nuevo desde el exterior para poder recargar la batería y hacer que las partículas vuelvan a polo negativo.
¿Qué vehículos utilizan las baterías LFP?
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Este tipo de baterías son las más adecuadas para los vehículos pesados de transporte ya que presentan ventajas a la hora de su funcionamiento. Algunos modelos de coche ya disponen de ellas, como son los Model 3 de Tesla comercializados en el mercado asiático. Así mismo, otros fabricantes europeos también contarán con esta tecnología para sus nuevos modelos de coches.
Ventajas de las baterías LFP
Las baterías LFP presentan una serie de ventajas frente a otras alternativas que es necesario conocer para saber por qué motivo están siendo un competidor de las baterías tradicionales.
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Cuentan con gran estabilidad térmica y no son tan sensibles como otras baterías a las altas temperaturas, lo que hace que se reduzcan drásticamente las posibilidades de sufrir sobrecalentamientos o explosiones de celdas.
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Presentan una gran estabilidad química, lo que hace que la degradación de las mismas sea más leve y duren más tiempo.
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Sus costes de producción son bajos ya que las materias primas utilizadas son económicas.
Desventajas de las baterías LFP
Aunque presentan muchas ventajas para la industria de la automoción, las baterías LFP también tienen una serie de desventajas que hay que tener en cuenta a la hora de conocerlas en profundidad.
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Su densidad energética es más baja que la de otras baterías. Esto quiere decir que sus voltajes son inferiores a los de las tradicionales y son más adecuadas para aquellos coches que disponen de prestaciones altas.
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Son muy grandes: el número de celdas es elevado y esto se debe a que debe compensarse el déficit energético y con el tamaño físico de la batería. Esta, por tanto es más grande y ocupa más espacio, lo que hace que la autonomía también descienda.
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No soportan bien el frío extremo: por debajo de -20 grados su capacidad nominal se reduce a la mitad, por lo que necesitan sistemas de acondicionamiento térmico para funcionar correctamente.
La batería adecuada hará que un vehículo funcione a la perfección y pueda ofrecer todas sus prestaciones, al igual que un Seguro de Coche MAPFRE se adapta a las necesidades de cada conductor para ofrecerle una póliza a su medida.
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