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Efectivamente, la correa de distribución es una de las averías más comunes además de caras, ya que en el caso de rotura no esperada puede producir daños al motor, que pueden ser realmente complejos y caros de reparar.

Es un problema evitable si el usuario está pendiente de cualquier ruido extraño o de potenciales comportamientos atípicos de la correa. Además de controlar su sustitución a tiempo según su ciclo de vida.

Fue en 1945 cuando se tiene noticias de la primera correa de distribución utilizada por el piloto estadounidense Bill Devin en su Panhard de carreras con el que ganó el Campeonato Nacional Sports de América en 1956, siendo el Fiat Twin Cam (previo a la familia del 124) el primer coche de producción en masa con transmisión por correa de serie.

Fuente: revista Motor Mundial

Se trata de una tira inicialmente de caucho reforzado con fibras de alta resistencia, que se ubica en diversos lugares en función del tipo de motor (y con composiciones muy variables). La parte interior de la cubierta de la correa está dentada para conseguir así la transmisión de la energía mecánica entre un piñón de arrastre y otro arrastrado sin posible deslizamiento mutuo, siendo más ligera que las cadenas de arrastre y menos costosa, con un funcionamiento más suave.

Las posibles averías en la correa de distribución son a veces temibles por las graves consecuencias que pueden implicar en otros componentes del motor, además de costosa por su sustitución y por la evaluación de otras consecuencias de la avería.

Fuente: revista Motor Mundial

 

La rotura de la correa de distribución puede producir una reacción en cadena

La rotura de la correa puede suponer un gran destrozo en todo el sistema de distribución y otros muchos componentes del motor del vehículo, ya que además el usuario no dispondrá de tiempo de reacción porque se suele producir en marcha y a grandes velocidades, pudiendo generar:

  • Que los pistones se golpeen de manera continua y sin control.
  • Que las válvulas puedan llegar a partirse o doblarse ante la pérdida de sincronización.
  • Que se dañen las bielas, la bomba de agua, el cigüeñal y el árbol de levas.

La mejor alternativa es la prevención

Al ser la correa de distribución un elemento de desgaste es necesario prevenir para mantener su vida útil efectiva:

  • Asegurando un estilo de conducción no demasiado exigente.
  • Considerando que el tipo de vía de circulación afecta a su operatividad (por ejemplo, los terrenos rurales y no asfaltados suelen llenar de polvo la correa adelantando su desgaste).
  • Respetando los tiempos de enfriamiento del motor especialmente tras circulaciones urbanas.

Fuente: revista Motor Mundial

Por otro lado, cada fabricante recomienda la sustitución de la correa a una determinada edad, por lo que la prevención es la mejor medida para evitar averías graves, debiendo siempre como recomendación realizar su sustitución junto con la bomba de agua, analizando también la necesidad de sustitución de los tensores (que son los rodamientos que sujetan la correa).

Siempre es el libro de mantenimiento del vehículo el que mejor puede dar respuesta al correcto momento de sustitución de la correa, si bien en términos generales este momento oscila entre los 60.000 km y los 160.000 km o bien entre los 5 y los 6 años de vida operativa del vehículo.

Síntomas de un mal estado de la correa de distribución

Fuente: revista Motor Mundial

Hay algunos síntomas que permiten a los usuarios entender que es necesario cambiar o al menos revisar la correa de distribución:

  • Desgaste sobre la correa: dientes mellados, grietas en la superficie, sequedad en la goma o falta de tensión, y si algunas zonas están demasiado brillantes, probablemente se deba a una mala alineación o tensión incorrecta.
  • Dificultad de arranque: si la correa estuviera rota el vehículo simplemente no arrancaría.
  • Excesivo humo expulsado por el escape: al fallar la ignición por no cumplirse los tiempos del ciclo de combustión por estar a punto de romperse la correa.
  • Fugas de aceite: ya que es posible que la junta entre el bloque y la correa gane holgura con el tiempo y el uso y haya fisuras.
  • Ruidos extraños: seguramente por una tensión incorrecta.
  • Vibraciones parásitas: al ralentí se perciben vibraciones que no deberían darse pudiendo temblar el vehículo durante su conducción.

Fuente: Revista Motor Mundial

En cualquiera de estos casos es conveniente asistir al taller para que le den un vistazo y ver si es necesario cambiar la correa antes de que los daños puedan ser mayores y mucho más caros.

El precio de cambio de la correa de distribución

Evidentemente no hay una cifra exacta ya que depende mucho de las características de cada motor, pero podemos decir que oscila entre 300 y 600 € ya considerando la mano de obra y los tiempos de reparación, a los que habría que incrementar unos 100 € más si se cambia también la bomba de agua.

Fuente: Revista Motor Mundial

En el caso en el que la avería haya producido daños más graves, nos podríamos enfrentar a facturas incluso superiores a los 1.500 € o incluso mucho más si los daños son excesivamente elevados, lo que nos habla una vez más de la necesidad de un mantenimiento bien realizado para evitar estos sustos, considerando que estas cifras son para vehículos “normales” ya que los más “premium” y complejos generarían facturas mucho más sorprendentes.

Un fallo repentino en este mecanismo podría desencadenar accidentes, el Seguro de Coche MAPFRE te garantiza asistencia desde el kilómetro cero para ti, tu vehículo y ocupantes para minimizar los inconvenientes en caso de avería en carretera.

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