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La durabilidad de un motor depende, en gran medida, de la lubricación. Para comprobar que el aceite está fluyendo correctamente, los motores vienen equipados con un sensor de presión de aceite (OPS, por sus siglas en inglés: Oil Pressure Sensor), un manómetro encargado de medir a distancia la presión del aceite del motor.

¿Qué?

El sensor de presión de aceite es un pequeño bulbo que va unido al motor mediante una rosca. En su interior hay un filamento que culmina en un conector de pines. Algunos sensores están conectados a tierra y otros llevan un cable independiente para esto.

Su funcionamiento se rige por el principio de presión atmosférica. Cuando el flujo de aceite ejerce fuerza en el bulbo, se envía un voltaje a la unidad de control del motor.

Si el sistema detecta que no existe la presión requerida para inyectar aceites en los cilindros, entonces se encenderá su correspondiente testigo (representado por una lámpara de aceite como la de Aladino) en el tablero de instrumentos.

El sensor mide la presión muy cerca del punto de impulso, por lo que su precisión y eficacia son muy altas.

¿Dónde se ubica?

Este sensor tiene dos posibles ubicaciones en función del número de cilindros:

  • Motores de seis o más cilindros: está dispuesto bajo la línea de las bujías, en el costado de la cubierta de la válvula. Para localizarlo debes levantar el capó. Verás que el sensor está en el centro del motor atornillado en el lado del tope de la cubierta de la válvula.
  • Motor de cuatro cilindros: se encuentra en la parte baja del motor, cerca del arranque. Observa la parte trasera del lado izquierdo del otro. Allí verás una conexión eléctrica cubierta por un plástico negro que va fijada al motor por un tornillo.

Cómo detectar posibles fallos

Cuando se gira la llave, el indicador del sensor de presión de aceite se enciende junto con los demás testigos para verificar que las luces del tablero funcionan correctamente. Si después de cinco segundos sigue iluminado es que estamos ante un problema.

Según el color del testigo, puede ser algo más o menos grave:

Testigo amarillo

Si el indicador está de color amarillo significa que el nivel de aceite está cerca o por debajo del mínimo necesario. En tal caso, debes medir los niveles de aceite (en este enlace, te contamos cómo hacerlo) y, si está bajo mínimos, tendrás que añadir lubricante.

Testigo rojo

Cuando el indicador está de color rojo, lo que indica es que la presión del aceite es insuficiente para inyectar lubricante en los cilindros, lo que puede terminar dañando gravemente al motor.

Las causas pueden ser muchas, desde una bomba defectuosa, fugas en el sistema, fallos en los elementos filtrantes, un lubricante de mala calidad o, incluso, que el sensor esté obstruido por un mantenimiento deficiente del motor y la lectura que ofrece no es real.

¿Cómo cambiar el sensor?

Aunque no es lo más habitual, puede ocurrir que la causa de que se encienda el testigo rojo sea por fallos del propio sensor. Reemplazarlo por uno nuevo es sencillo:

  • Lo primero que debes hacer es localizar la ubicación del sensor en tu coche.
  • Desconéctalo del arnés, desatorníllalo del bloque motor con una llave de extremo abierto y extráelo.
  • Utiliza cinta de teflón para envolver la base de la conexión del nuevo sensor que usarás para reemplazar el defectuoso.
  • Enrosca el nuevo sensor con las manos y, cuando haya comenzado a enroscarse, usa una llave.
  • Coloca de nuevo la conexión eléctrica.

En cualquier caso, cuando el testigo se enciende, lo más indicado es apagar el motor y llamar a la grúa para que lleve el coche a un taller especializado, para ello lo mejor es contar con un Seguro de Coche MAPFRE con asistencia en carretera desde el km 0 y en cualquier tipo de vía.

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