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No hay igualdad entre el precio del gasoil y el de la gasolina, en España llenar el depósito de diésel sale más barato que hacerlo de gasolina, las tasas fiscales marcan la diferencia puesto que se entiende que el diésel es el carburante de los profesionales del transporte, empresas públicas y privadas.

Por qué es más cara la gasolina que el diésel

Uno de los factores que explica que el precio de la gasolina siempre sea superior al del diésel, es la carga fiscal. Los impuestos a los que están sometidos ambos carburantes no son los mismos y hacen que el precio final que paga el consumidor sea más elevado en el caso de la gasolina.

El artículo 50 de la Ley 38/1992, de los Impuestos Especiales recoge los tipos impositivos sobre los hidrocarburos tanto del gasoil como de la gasolina:

  • La gasolina sin plomo está sujeta a un tipo general de 431,92 euros por 1.000 litros y a un tipo especial de 24 euros por 1.000 litros.
  • La gasolina con plomo soporta un tipo general inferior: 433,79 euros y el mismo tipo especial de 24 euros.
  • El gasóleo para uso general (gasóleo A) está sujeto a un tipo general de 307 euros por 1.000 litros y 24 euros por 1.000 litros de tipo especial. A

Los impuestos dispuestos en la normativa legal hacen que cuando el consumidor reposta pague del precio final, 46 céntimos por cada litro de gasolina sin plomo; mientras que al repostar con diésel se asumen 33 céntimos por cada litro de gasóleo.

El precio final de cualquiera de los dos carburantes se ve además modificado por la aplicación del tipo general del IVA, 21 por ciento en España y el tramo autonómico que varía en función de la región.

El precio del carburante es uno de los factores que se sopesan al elegir el tipo de coche que se quiere, como el precio del seguro u otros gastos adicionales, pero es importante ser ajustado en este tipo de valoraciones económicas y contar con el largo plazo.

¿Qué ocurre en el resto de Europa con el precio de los carburantes?

No solo en España el gasoil es más barato que la gasolina, de hecho, el origen de esta diferencia en los impuestos está en el marco impositivo de Europa.

  • Impuestos especiales de fabricación.
  • Impuestos sobre hidrocarburos.

La armonización de las legislaciones de todos los países miembros en materia de carburantes estableció un tipo impositivo mínimo para cada producto y luego, cada estado miembro establece sus propios gravámenes.

Los tipos mínimos están recogidos en la Directiva 2003/96/CE, y fijan un tipo mínimo de 421 euros por 1.000 litros para la gasolina con plomo, 359 euros por 1.000 litros para la gasolina sin plomo y 330 euros por 1.000 litros para el diésel.

¿Por qué el diésel está gravado con un impuesto menor?

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La política de transporte comunitaria adoptada en los años 80 es la razón por la que el gasoil es más económico que la gasolina. La necesidad económica del transporte por carretera en Europa hizo preciso que el gravamen para este carburante -que es el que se usa mayoritariamente por el este sector económico- fuera más bajo para no incrementar los costes empresariales y de los trabajadores autónomos.

Actualmente el contexto del transporte ha cambiado y todas las políticas comunitarias en el ámbito de la imposición energética van encaminadas a la reducción de la emisión de gases contaminantes, el fomento del uso de energías renovables y la eficiencia energética. En este escenario el abaratamiento del diésel no tiene sentido ni resulta coherente.

Cuando ya se ha anunciado el final de la fabricación para los vehículos impulsados por diésel, la diferencia en el precio entre los diferentes carburantes carece de sentido, especialmente, cuando la Unión Europea ha fijado el ferrocarril como el pilar del transporte de mercancías y personas entre los estados miembros.

El carácter contaminante del diésel y su capacidad para generar gases nocivos hace que su carga impositiva se esté intentando cambiar desde hace años para equipararlo al gasoil e incluso, incrementar su precio para disuadir al conductor de usar este tipo de vehículos.

La propuesta de modificación de la Directiva 2003/96/CE incluía una equiparación de la carga fiscal mínima a aplicar para ambos productos con un período de transición en el cual los sistemas fiscales de los estados miembros puedan adaptarse a las nuevas exigencias comunitarias. Aunque esta normativa no salió adelante por falta de unanimidad es posible que en breve otras similares equiparen la carga impositiva de los carburantes en Europa.