Los conductores kamikaze —o “conductores en sentido contrario”, como los denomina la DGT— provocan cada año decenas de incidentes muy graves. La mayoría de estos casos se deben a despistes, incorporaciones erróneas o consumo de alcohol o drogas, mientras que los casos intencionados son minoritarios.
Ahora bien, sea por el motivo que sea, esta infracción está penada por el Código Penal y el Reglamento de Circulación, pero ¿cuál es la sanción?
¿Qué es un kamikaze?
La palabra kamikaze proviene del japonés, y significa Dios (kami) y viento (kaze). Viene a ser algo así como «aliento de dioses» o «viento divino». En la Segunda Guerra Mundial, los traductores estadounidenses acuñaron el término para referirse a los pilotos japoneses que usaban su avión como proyectil para estrellarse contra el enemigo, perdiendo la vida en el acto.
En el ámbito que nos ocupa, se entiende por kamikaze aquel conductor que circula en sentido contrario al estipulado poniendo en riesgo su vida y la de otros usuarios de la vía. Aunque, a diferencia de aquellos japoneses, su intención no es -en la mayoría de los casos- la de suicidarse.
¿Cuáles son las sanciones para un kamikaze?
Para el Reglamento General de Circulación, circular en sentido contrario al estipulado tiene la consideración de infracción muy grave, y como tal, lleva aparejada una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del carné de conducir.
La pena se endurece cuando se trata de conducción temeraria. Es decir, cuando la forma de conducir puede generar un riesgo o peligro para el propio conductor, para los ocupantes del vehículo o para el resto de usuarios; o cuando esta conducta va unida a un consumo de alcohol por encima de los límites.
Entonces, entra en juego el Código Penal, que en su artículo 380 establece penas de cárcel de seis meses a dos años y la prohibición de conducir vehículos a motor por tiempo superior a uno y hasta seis años.
Si, además, la forma de conducir muestra desprecio por la vida de los demás y pone en peligro concreto la integridad de las personas (por ejemplo, conductores suicidas o atropellos en actos terroristas), el kamikaze se expone a una pena de prisión de dos a cinco años y la retirada del carné durante un periodo de seis a diez años.
¿Cómo actuar si nos cruzamos con uno?

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La forma de reaccionar ante un conductor kamikaze puede ser clave a la hora de mantenernos a salvo. Dado que en la mayoría de los casos no buscan quitarse la vida, sino esquivar a otros conductores, lo más indicado es hacer que nuestro vehículo sea visible para ellos mediante el uso de las luces.
Nos obstante, si el hecho ocurre de noche, hay que evitar dar ráfagas de luz o poner las de largo alcance para no deslumbrarle y ocasionar males mayores.
También es recomendable situarse en el carril derecho para apartarse de su camino (normalmente suelen ir por el carril izquierdo). Lo que no hay que hacer en ningún caso es frenar en seco, ya que podemos sufrir el alcance de los vehículos que vienen detrás.
Cuando el peligro haya pasado, hay que avisar inmediatamente a la Policía o la Guardia Civil, indicando el punto en el que nos hemos cruzado con él, el sentido de su marcha, y todos los datos que se recuerden sobre el color, modelo, etc., del vehículo kamikaze.
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