La polea del cigüeñal, también conocida como polea damper, es un componente clave en el buen funcionamiento del motor. Aunque no suele ser tan conocida como la correa de distribución o la bomba de agua, su papel es fundamental: absorbe vibraciones, mantiene estable la rotación del cigüeñal y transmite el movimiento a los accesorios del motor.
En 2025 esta pieza cobra aún más importancia, ya que los motores modernos, turboalimentados, con sistemas Start-Stop y microhíbridos, generan cargas adicionales que exigen un sistema de transmisión por poleas más robusto y preciso.
¿Qué es exactamente la polea del cigüeñal?
La polea del cigüeñal es una pieza compuesta por una parte metálica y un amortiguador de goma (silentblock) que reduce vibraciones torsionales. Se instala en el extremo del cigüeñal y está conectada a la correa de accesorios, encargada de mover elementos como:
-
- Alternador.
- Bomba de dirección asistida.
- Compresor del aire acondicionado.
- Bomba de agua (según motor).
- Sistemas electrificados auxiliares.
Su labor es esencial para evitar daños en el cigüeñal y asegurar un funcionamiento suave de todos los accesorios del motor.
¿Cómo funciona y por qué es tan importante en los coches modernos?
Con la llegada de motores más compactos, Start-Stop, microhibridación (MHEV) y alternadores más potentes, la polea del cigüeñal debe soportar mayores tensiones.
En 2025, su función incluye:
- Amortiguar picos de vibración generados por el arranque y parada frecuente del Start-Stop.
- Proteger el cigüeñal y reducir su desgaste.
- Evitar roturas prematuras en correas y poleas asociadas.
- Suavizar el funcionamiento de los accesorios del motor.
Una polea en mal estado puede desencadenar averías en cadena en el sistema de accesorios.
Síntomas de una polea del cigüeñal dañada
Las averías de esta pieza suelen manifestarse de formas reconocibles. Estos son los síntomas más comunes:
- Ruidos metálicos o golpeteos procedentes de la parte frontal del motor.
- Vibraciones anormales en ralentí.
- Correa de accesorios desgastada o desviada.
- Pérdida de potencia eléctrica (fallos del alternador).
- Funcionamiento irregular del aire acondicionado.
- Olor a goma quemada.
- Restos de goma alrededor de la polea (indicativo de degradación del amortiguador).
Si notas cualquiera de estos síntomas, conviene revisar la polea cuanto antes.
Averías habituales de la polea del cigüeñal
En un coche moderno, los fallos más frecuentes son:
- Desgaste o rotura del amortiguador de goma: con el tiempo, el caucho que absorbe vibraciones se cuartea o separa, provocando ruidos y vibraciones.
- Desalineación por desgaste de soportes o tirones de Start-Stop: los arranques y paradas constantes generan tensiones adicionales.
- Aflojamiento del tornillo de sujeción: puede causar golpes secos, pérdida de tracción o incluso desprendimiento en casos extremos.
- Fallo del alternador o accesorios por transmisión irregular: una polea en mal estado puede afectar a todo el sistema de accesorios.
- Aumento de vibraciones en vehículos híbridos y MHEV: en microhíbridos, la interacción entre alternador-generador y cigüeñal exige mayor precisión en la polea.
¿Cuándo cambiar la polea del cigüeñal?
No existe un intervalo exacto, pero suele recomendarse sustituirla:
- Cuando presenta ruidos, vibraciones o desgaste visible.
- Al cambiar la correa de accesorios, en motores con muchos kilómetros.
- En vehículos con Start-Stop, a partir de 120.000–150.000 km.
- Si se observa holgura o movimiento irregular en el giro.
- Tras una avería del alternador o la correa, para prevenir fallos asociados.
¿Qué pasa si no se cambia a tiempo?
Una polea dañada puede generar un efecto dominó:
- Rotura de la correa de accesorios
- Fallo del alternador → descarga de la batería
- Pérdida de dirección asistida
- Sobrecalentamiento (si la bomba depende de la correa)
- Rotura del cigüeñal en casos graves
Ignorar este fallo puede acabar en reparaciones muy costosas.
Coste de reemplazo de la polea del cigüeñal
Los precios varían según el modelo, pero los valores orientativos son:
- Polea damper: 80–250 €
- Mano de obra: 80–200 €
- Coste total: 160–450 €
En coches premium, híbridos o motores muy compactos, el precio puede ser mayor.
Consejos prácticos para evitar averías
Para prolongar la vida de la polea:
- Revisa la correa de accesorios y su tensión regularmente.
- Evita aceleraciones bruscas en frío.
- Mantén en buen estado los soportes del motor (influyen en vibraciones).
- Cambia la correa y la polea simultáneamente si lo recomienda el fabricante.
- Ante ruidos o vibraciones, no sigas circulando sin revisión.
La sustitución de la polea del cigüeñal requiere precisión, herramientas adecuadas y un montaje correcto para evitar vibraciones o daños en el motor. Con el Seguro de Coche MAPFRE y su cobertura de libre elección de taller, puedes acudir a donde tu prefieras, bien a tu taller de confianza u optar por nuestros talleres distinguidos o centros del Automóvil.










Comentarios (0)