Tanto si compras un coche de segunda mano como si te decantas por un modelo nuevo, las obligaciones fiscales existen, aunque en diferente proporción y con distintos porcentajes. Descubre qué te puede interesar más desde esta perspectiva.
Cargas fiscales para un coche nuevo
Si quieres comprarte un coche nuevo, debes saber que para adquirirlo y poder circular con él deberás abonar una serie de impuestos. Te contamos cuáles son:
IVA
El impuesto sobre el valor añadido se aplica a todo tipo de compra venta y los vehículos no son una excepción. En principio la compra de un coche se grava con un 21% en calidad de IVA general, pero hay algunas bonificaciones y excepciones para determinado tipo de vehículos y titulares como las personas con discapacidad o movilidad reducida.
Impuesto de matriculación
Los nuevos coches también están sujetos al pago del impuesto de matriculación en España, se paga una sola vez cuando se adquiere un coche. Sin embargo, ten en cuenta que si traes el coche de fuera de España también tendrás que pagar esta tasa, si nunca ha estado matriculado en España. Este impuesto no es un porcentaje fijo y se calcula en función de las emisiones de CO₂ del vehículo y su precio neto:
- Hasta 120 g/km: exento
- 121–159 g/km: 4,75%
- 160–199 g/km: 9,75%
- 200 g/km o más: 14,75%
Otro detalle importante sobre el impuesto de matriculación que debes consultar, son las posibles variables autonómicas, ya que, aunque las tablas de Hacienda son de aplicación nacional y sirven como marco general, las comunidades autónomas tienen competencia para establecer variaciones sobre ellas.
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Impuestos en un coche de segunda mano
La fiscalidad para la compra de un coche de segunda mano no es la misma que para uno nuevo, pero eso no significa que en tu previsión de gasto tengas que poner un cero. La adquisición de vehículos usados está sujeta a otras tasas.
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales
El comprador de un coche de segunda mano está obligado a pagar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP). Este impuesto varía según la comunidad autónoma y suele situarse entre el 4% y el 8% del valor del vehículo. Algunas regiones aplican tipos reducidos si se cumplen ciertos requisitos, como discapacidad del comprador o familia numerosa.
No se trata en este caso de un porcentaje fijo para todos los coches usados y vendidos dentro de una comunidad concreta, sino que se calcula en función del valor que el Ministerio de Hacienda considera que tiene el vehículo. Cada año se actualiza y se hace pública una nueva tabla a este respecto donde se puede ver el valor que da Hacienda a cada modelo de coche comercializado en España.
Las tablas fiscales son un instrumento para el control de fraudes o evasiones fiscales en el caso de la compraventa de coches de segunda mano, especialmente cuando estas transacciones, se llevan a cabo entre particulares e incluso entre familiares.
La Agencia Tributaria es la encargada de cobrarte este impuesto si compras un coche usado y eres tú, el responsable de liquidar esta deuda directamente con Hacienda. Es un trámite sencillo que se hace a través del formulario 620 de la AEAT, pero que es obligatorio en todos los casos con indiferencia del precio que pagues por tu coche.
Impuestos en coches kilómetro cero
Los coches kilómetro cero, son una opción a la hora de comprar un coche con pocos kilómetros y a un precio más asequibles. Si tienes pensado adquirir uno debes tener en cuenta que en este tipo de transacciones se aplican distintos impuestos. El coche de kilómetro cero ya está matriculado, el concesionario que lo vende ha cumplido con este trámite y ha liquidado esta obligación fiscal, por lo que, en principio, no tiene que incrementar el precio final que tu pagues por el coche.
Cabría pensar que el coche de kilómetro cero es un coche usado puesto que efectivamente ha circulado y tiene acumulados algunos kilómetros, por lo general pocos, por lo que se llaman de kilómetro cero. Sin embargo, a efectos fiscales, los concesionarios sí cobran el IVA en este tipo de transacciones tal y como exige la Agencia Tributaria.
Comprar un coche implica más que elegir modelo y pagar impuestos: también requiere seguridad y asesoramiento ante cualquier imprevisto. Con el Seguro de Coche MAPFRE, dispones de asesoramiento al automovilista, una cobertura que te ayuda con trámites, reclamaciones y gestiones administrativas relacionadas con tu vehículo.
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