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La diferencia entre llevar al bebé en un sistema de retención adecuado a su peso y tamaño y correctamente instalado, y no llevar nada o no hacerlo según los criterios establecidos, es grande. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los sistemas de retención infantil (SRI) reducen en un 75 por ciento las muertes de menores en un accidente de tráfico, y en un 90 por ciento las lesiones.

Ante estos datos, parece impensable que aún hoy en día, con la cantidad de información disponible al respecto, haya padres que hagan caso omiso a estas normas. No obstante, no es tu caso, y por eso estás leyendo esto: porque quieres proteger a tu hijo informándote sobre cómo debe ir el bebé en el coche.

En esta ocasión, vamos a centrarnos en los recién nacidos.

Sistema de retención infantil para recién nacidos

Los SRI para recién nacidos son los del grupo 0 y 0+. Los podrán usar hasta que lleguen a los 10 o 13 kilos, respectivamente, o hasta que su cabeza sobresalga del respaldo, en cuyo caso deberán pasar al grupo 1. Estas sillas son las que, popularmente, se conocen como «huevo» por la forma que tienen.

Si quieres ver más información al respecto, en este enlace tienes una guía con todos los SRI que existen.

Normativa que debe cumplir

Para saber si la silla cuenta con la homologación pertinente, es decir, que cumple los criterios de seguridad establecidos por la normativa europea. Ahora mismo conviven dos normativas, por lo que la silla deberá tener uno de estos distintivos:

  • ECE R44/04 (operativa hasta septiembre de 2020): las sillas se clasifican en función del peso del niño.
  • ECE R129, conocida como i-Size (sustituirá a la R44/04): las sillas se clasifican por la altura del niño, y no por el peso.

Gracias a estos distintivos, se facilita mucho la elección del sistema más adecuado para el niño en función de su talla y peso.

¿Se puede usar el capazo del carrito?

Aunque no es lo recomendable, también se puede usar el capazo del carrito en situaciones muy concretas de bebés prematuros.

En este caso hay que colocarlo en los asientos traseros en sentido trasversal a la marcha, situando la cabeza en el centro del vehículo. Y, por supuesto, hay que fijarlo al asiento con el cinturón de seguridad.

¿Cuál es la mejor ubicación para la silla del bebé?

El asiento que ocupa el bebé, así como el sentido en el que se coloque la silla, son de vital importancia a la hora de incrementar la seguridad:

Prohibido llevarle en el asiento del copiloto

Aunque hasta hace pocos años era muy habitual ver los SRI de los bebés en el asiento del copiloto, esta práctica está prohibida en la actualidad. La razón principal es evitar las distracciones que conlleva llevar al bebé junto al conductor.

Sin embargo, sí se puede usar esta plaza para el bebé si:

  • El vehículo no dispone de fila trasera.
  • Todos los asientos traseros ya están ocupados por otros menores con sus respectivos SRI.
  • Es imposible instalar un SRI en los asientos de la fila trasera.

Si ocurre alguna de estas condiciones, se puede instalar la silla a contramarcha en el asiento del copiloto, y siempre que se haya desactivado el airbag de dicha plaza, ya que, en caso de accidente, si éste se abre puede causar graves daños en el bebé.

El asiento central, el más seguro

La plaza más segura para el bebé es el asiento central de la fila trasera (siempre y cuando el cinturón tenga tres puntos de anclaje), ya que es el espacio menos vulnerable ante los impactos laterales. No obstante, no todos los coches tienen sistema Isofix en dicha plaza.

La segunda plaza de menor riesgo es la que hay situada detrás del conductor. Cuando se va a producir una colisión, el conductor tiende, de forma instintiva, a dar un volantazo para evitar el choque, poniendo en riesgo las plazas del otro lado.

La más insegura, por tanto, es la que hay detrás del copiloto.

Mejor a contramarcha

La silla se debe colocar siempre en el sentido contrario a la marcha para ofrecer mayor protección a la zona de la cabeza, el cuello y la espalda.

Si el niño va a favor de la marcha, cuando se produzca una colisión su cuello sufrirá un fuerte latigazo. De hecho, según datos de la DGT, las lesiones de cuello son las más frecuentes en los menores de dos años.

En cambio, si va en el sentido contrario, tras el choque, la cabeza y la espalda se apoyarán en el respaldo, fruto de la inercia, evitando daños mayores.

Espejo para ver al bebé

Si la silla del bebé tiene que ir a contramarcha en la fila trasera, el conductor no puede ver en ningún momento al niño, y todos los que han sido padres saben lo angustioso que es oírle llorar sin poder, siquiera, ver qué le pasa y si todo está en orden.

Para estos casos, se puede hacer uso de un espejo que se coloca en el cabecero del asiento trasero sobre el que se ha instalado la silla. Después, solo hay que buscar la orientación perfecta para que se pueda ver desde el espejo retrovisor. De esta manera, con un simple golpe de vista, el conductor puede corroborar si ese llanto entra dentro de la normalidad o si requiere de atención, en cuyo caso lo mejor es parar en un lugar seguro.

El sistema Isofix

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La silla se puede anclar al vehículo mediante el cinturón de seguridad o el sistema Isofix. Ambos son seguros, pero la DGT recomienda este último porque facilita la correcta instalación de la silla. Además, la normativa ECE R129 establece la obligatoriedad del Isofix hasta que el niño alcance los 105 centímetros de altura (con alguna excepción).

En definitiva, la seguridad de nuestros hijos nos importa infinitamente más que la nuestra, y para viajar con total tranquilidad nada mejor que conducir con toda la precaución posible, así como contar con un Seguro de Coche que ofrezca una completa asistencia en carretera ante cualquier incidente.