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Ergonomía, comodidad, pero, sobre todo, seguridad. Esa es la razón de ser del casco de la motocicleta. No solo previene lesiones, ante un accidente, también salvaguarda la integridad de conductor y acompañante. Es un elemento de uso obligatorio en la conducción de motocicletas, que ha de someterse a unas normas legales y de homologación. Los hay de distinta tipología.

Normativa de cascos para motos

La normativa ECE/ONU R22 indica las condiciones técnicas de resistencia estructural, rigidez y la absorción del casco para que así pueda proteger al motorista.

La legislación obliga a llevar casco a cualquier persona que conduzca cualquier motocicleta o ciclomotor y a que esté convenientemente homologado.

Es fundamental afirmar que la protección es la adecuada, la legislación que hemos comentado indica las pruebas estáticas y dinámicas que debe superar cada casco, medidas en un laboratorio de ensayos.

Seguridad

Cuando se diseñan los cascos, además la parte estética, lo más importante es la protección y la seguridad.

Las partes que lo integran, la calota externa, calota interna, la pantalla y el sistema de cierre y amarre tienen una función determinada, desde el punto de vista de la seguridad, contemplada en el diseño inicial.

  • La calota externa es la superficie rígida exterior y es la parte que sustenta el impacto directo y que tiene la función de distribuir y disminuir la energía que se transfiere al interior del casco; es decir, a nuestra cabeza. Según las prestaciones del casco, pueden fabricarse en policarbonato o material termoplástico ABS. Se optimiza su calidad cuando están fabricados con fibra de vidrio, y más aún si son de fibras tricomposites (vidrio, kevlar y fibra de carbono).
  • La calota interna es un recubrimiento que está en contacto directo con la cabeza. Su objetivo es hacer que la deceleración y la energía que se traslada en el impacto sean lo mínimo posible. Su material es más poroso que la calota externa, empleándose poliestireno o polipropileno. Esta capa es mayor que la calota externa.

La pantalla es abatible y es de policarbonato, además suele incluir un tratamiento antirrayaduras para retrasar su deterioro lo máximo posible.

Por último, el sistema de cierre y amarre del casco tiene gran importancia. Su colocación adecuada es esencial para que, en caso de accidente, no se desprenda en ninguna circunstancia.

Tipos: integrales, abiertos o modulares

Normalmente la elección del casco se realiza según el uso que le demos a la moto. Si tenemos en cuenta la parte estructural, podemos distinguir los siguientes tipos de cascos:

  • Los cascos integrales son de una pieza, están cerrados y solo dejan de cubrir el hueco frontal de los ojos.
  • Los cascos abiertos son menos seguros ya que cubren la cabeza pero dejan la cara al descubierto. Pueden incluir pantalla protectora aunque estos sólo sirven para desviar el aire de la cara.
  • Por último están los cascos modulares, que es un tipo de casco que incorpora una pieza abatible y puede funcionar como casco abierto o cerrado.

Vida útil

La vida útil del casco puede oscilar entre cinco y siete años, teniendo en cuenta que la duración se establece desde el año de fabricación, y no desde el de comercialización, que puede ser posterior. Es decir, no tiene el mismo valor económico siempre y va experimentando una depreciación, hasta perder todo su valor, finalizada su vida.

En caso de sufrir un casco un impacto que pudiera reducir las prestaciones de seguridad, pasa a considerarse no válido desde el punto de vista de la seguridad y, por tanto, deberá sustituirse, ya que no garantizará la adecuada protección de la cabeza del motorista.

Experimentación en CESVIMAP

El casco es muy importante para la seguridad, y por eso CESVIMAP se ha animado a experimentar con estos elementos. El análisis de daños reales así como la realización de test dinámicos y estáticos para verificar su respuesta en distintas situaciones, han significado un punto de partida que han permitido, además, ahondar en distintos aspectos como sus accesorios, despieces, pintado, que posibilidades tienen de reparar e, incluso cuantificar sus devaluaciones por uso y obsolescencia.

Hemos comparado crash test reales con simulaciones informáticas para entender mejor el comportamiento de los cascos en caso de accidente. Se han realizado verificaciones mediante radiografías y obtenido tomografías axiales computarizadas (TAC) que nos han permitido cotejar los distintos elementos del casco, sobre todo los que nos son visibles desde el exterior.


Jorge Garrandés

Ingeniero Técnico de CESVIMAP