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Ya debemos saber cuáles son los mandos para frenar en una moto. Incluso podemos tomar como referencia algunos consejos generales para una frenada de emergencia. Sin embargo, la técnica precisa tiene unas claves y debe tener en cuenta distintos factores, que pasamos a detallarte.

Lo más importante en la frenada es la presión ejercida en la rueda trasera.

Cómo frenar de emergencia una moto

La dinámica de una motocicleta hace que tengamos en cuenta algunas técnicas más concretas para evitar derrapar o salir por los aires, no sólo en condiciones normales, sino en los momentos que aparecen peligros repentinos.

Una de las primeras cosas que hay que aprender es que al frenar se produce una transferencia de masas hacia la rueda delantera, un proceso en el que toda o casi toda la presión de la frenada se produce en la rueda delantera. Sabiendo esto, tenemos que conocer la mejor forma de aplicar la frenada en cada rueda y cómo ayudarnos o no con el motor (freno-motor).

La secuencia para frenar adecuadamente debería ser la siguiente: frenar primero con el freno trasero para aplanar la moto desde el tren trasero. Inmediatamente después (milésimas de segundo), frenar con mayor presión sobre la rueda delantera, que es la que realmente para la moto. Al mismo tiempo, deberías accionar el embrague a fondo. Más adelante te contamos por qué.

Otros factores importantes en una frenada de emergencia

  • Ergonomía: Parece una tontería, pero muchos son los que no llevan adecuadamente las manetas del freno y embrague ajustadas correctamente a la altura o simplemente demasiado lejos de las manos. Todo esto retrasa el accionamiento del freno, sobre todo en las mujeres, que suelen tener las manos más pequeñas.
  • Estado de la superficie: Obviamente es un factor muy importante, ya que es el elemento al que las ruedas se ‘agarran’. El agua, la gravilla o el aceite juegan un papel fundamental en el grado de adherencia. En estas condiciones es difícil dar con el secreto para realizar una frenada de emergencia exitosa. La experiencia, la habilidad o sistemas como el ABS serán tus armas.
  • Marcha engranada: Muchas veces te ha dado tiempo a realizar tu frenada de emergencia a tiempo, pero ¿qué hay del que viene por detrás? Una vez te hayas detenido de forma exitosa, vigila por el retrovisor cómo vienen detrás de ti y mantén la primera marcha engranada por si acaso tienes que quitarte del medio rápidamente para que no te arrollen.
  • Uso del embrague: Normalmente, solemos usar el llamado freno-motor para reducir la velocidad de la moto, además de utilizar los frenos convencionales. Sin embargo, cuando queremos detener la moto en el menor tiempo posible, la maneta del embrague la tendrás que accionar para evitar que el motor siga ‘empujando’ sobre la rueda trasera.
  • Frenar durante una curva: Seguramente uno de los momentos más temidos por miedo a perder la adherencia con una de las dos ruedas. Si estás girando, es mejor aplicar suave y alternativamente los frenos. Una vez más, hay que tener cierta habilidad. Si no, es mejor seguir girando o corregir la trayectoria.

Al frenar fuerte, se puede perder el contacto de la rueda trasera con el asfalto.

  • Antibloqueo de frenos: Si hablamos de circular en la calle, el ABS es un plus para nuestra seguridad, sobre todo en superficies más difíciles. No podemos más que recomendarlo. No olvides que el ABS será obligatorio en las motos a partir de 2016.
  • Trail Braking: Se trata de una técnica de frenada demasiado avanzada para un conductor novel. Con ella se intenta frenar la moto lo antes posible desde una velocidad en recta a otra en medio de una curva. El conductor frena a fondo con la moto recta y, según va entrando en la curva, va reduciendo la presión sobre los frenos progresivamente hasta el momento en el que se deja de aplicar fuerza al freno y se empieza a acelerar. Puede parecer fácil, pero necesitas de una gran sensibilidad para no acabar perdiendo la rueda delantera. Puede salvarte en un situación concreta en la calle, pero es mejor estar seguro antes de cómo hacerlo en tu moto y con tu experiencia.
  • Distancias reales: No es cuestión de calcular en cuánto frenas. También hay que prestar atención a los tiempos en los que se tarda en percibir el peligro repentino y el tiempo de reacción, es decir, el que tardas en empezar a frenar. Esto te dará un tiempo y una distancia total. Muchas veces, esas décimas de segundo son vitales para evitar una caída o una colisión.
  • Velocidad: Es obvio, pero recuerda que a mayor velocidad, mayor distancia recorrida en el mismo tiempo.

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