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El Smart fortwo recibe un  cambio automático de doble embrague llamado “twinamic” que hace la conducción más confortable en la ciudad. Ofrece la posibilidad de la conducción totalmente automática o de un uso manual secuencial por parte del conductor. Puede llevar incluso levas de cambio junto al volante. Se presenta en la versión de 71 CV y se lanza en marzo de 2015.

Ventajas del cambio automático de doble embrague

El cambio twinamic ofrece la ventaja de cambios muy suaves sin interrupción en la aceleración, algo que sí sufrían las anteriores generaciones del Smart que contaban de serie con cambio automático de un solo embrague y que es ya historia en la más modernas. La aceleración del Smart con motor de 71 CV y cambio twinamic es de 15,1 segundos en el 0 a 100 km/h y puede alcanzar los 151 km/h. La cifra de consumo combinado es de 4,1 litros/100 km, con unas emisiones de 94 g/km de CO2.

Con el cambio twinamic el nuevo Smart fortwo se convierte en un coche ciudadano muy cómodo en el medio urbano, siendo probablemente la versión más agradable y aconsejable. En Alemania se lanza el cambio en opción con un precio de 1.275 € para la versión básica y de 1.000 € en las versiones superiores passion, prime y proxy. En España hay que contar con unos impuestos mayores, por lo que calculamos que rondará entre 1.500 y 1.200 € según versiones. Aún no hay precio definido. Pero siempre puedes ir mirando lo que te supondrá darle la mejor protección; el Seguro de Coche MAPFRE.

El cambio twinamic tiene un diseño de doble embrague robotizado, con 6 velocidades. Tanto el embrague como el cambio de marchas es completamente automático y permiten una conducción muy suave. La transmisión funciona en modo automático por defecto. Los cambios manuales se pueden hacer usando la palanca en modo secuencial. En un paquete Sport se incluyen unas levas de cambio junto al volante.

Gracias a los dos ejes secundarios de la caja de cambios, los cambios hacia una marcha más o una marcha menos son inmediatos sin la sensación de interrupción en la aceleración o en la retención. Si es necesario, el controlador electrónico puede saltarse marchas a la hora de frenar y reducir para no tener que pasar por cada una de las marchas. De esta forma se ofrece la comodidad del cambio automático convencional, con la eficiencia del cambio manual.