Mantener el modo ECO siempre en marcha es una práctica habitual, pero en realidad no se debe abusar de este modo de conducción ya que la circulación a bajas revoluciones muy continua puede generar consecuencias muy negativas para la mecánica del coche. 

Es cierto que la gran subida del precio de los carburantes en España obliga a los conductores a buscar todo tipo de tretas para reducir los consumos de sus coches, ya que ahorrar combustible se está convirtiendo en algo esencial para las economías familiares, y el modo de conducción ECO es uno de los mecanismos más habituales. 

Prácticamente todos los coches nuevos incorporan diversos equipamientos para reducir consumos, el botón ECO es uno de los más habituales.  

La obsesión por el consumo hace que la mayoría de los conductores circulen con el sistema ECO activado, sin considerar que, además de los beneficios en consumo que aporta, es muy posible que su uso continuado pueda causar una grave avería en el vehículo, especialmente en los motores diésel. 

Funcionamiento del sistema ECO

Los coches actuales ofrecen diversos modos de conducción que suelen ser útiles ante variadas situaciones y escenarios al volante, siendo estos sistemas los que modifican diversos parámetros del coche para adaptar su funcionamiento a las características de conducción necesarias o preferidas por el conductor. 

Por ejemplo, el modo Sport que ayuda a la conducción de forma más dinámica y deportiva, y al activarlo se endurecen las amortiguaciones o incluso se aumenta el régimen de vueltas del motor para aportar mayores puntas de potencia. 

Sin embargo, el modo Confort o Normal, busca una conducción más relajada, por lo que genera parámetros más equilibrados en el vehículo. 

Fuente: revista Motor Mundial

Por su parte, el modo ECO busca claramente una reducción de consumos de combustible, así como de las emisiones de partículas, y para conseguirlo busca la circulación en marchas altas y un régimen de vueltas más bajo, limitando en algunos casos la respuesta del motor para ofrecer sólo parte de su potencial rendimiento, actuando en vehículos con cambio automático subiendo antes las relaciones para que las revoluciones de funcionamiento sean bajas. 

En algunos vehículos, el modo ECO incluso afecta a la dirección y al sistema de climatización para así reducir los importantes consumos que genera el mismo.  

Con todo lo anterior, se estima que el modo ECO puede llegar reducir los consumos de carburante cerca al 20% tal y como acreditan estudios de los diversos fabricantes.  

El abuso del modo ECO puede generar averías

En particular y de forma más directa en los motores diésel, su abuso puede generar averías importantes y costosas, aunque también es posible que pueda tener consecuencias en vehículos de gasolina, aunque es menos probable.  

Esta limitación de prestaciones supone, sin duda, un esfuerzo extra para el motor en ciertos momentos ya que puede dificultar el trabajo del motor ante ciertas maniobras como puede ser un adelantamiento o una subida pronunciada, pudiendo afectar a la larga a los sistemas anticontaminación del vehículo tales como el filtro de partículas o la EGR, ya que al circular a vueltas bajas la acumulación de residuos en la válvula EGR es mucho más constante, pudiendo llegar a taponarla y causando en consecuencia una importante avería. No hay que olvidar que a revoluciones normales los residuos se expulsan incluso de forma programada y con total facilidad.  

Por la misma razón, también se puede averiar el filtro de partículas ya que para la eliminación de residuos normalizada se precisan unos 600 grados que se alcanzan sólo circulando a un mayor ciclo de vueltas del motor. 

Si el filtro de partículas se tapona por el uso a bajas revoluciones, su limpieza en taller suele costar unos 200 €, aunque si el problema persiste tal vez sería necesario cambiar el filtro, cosa que puede costar entre 500 y 2.000 € según el motor del vehículo en cuestión. 

Nuestra sugerencia es eliminar la costumbre habitual de pulsar el botón de modo ECO al encender el coche, manteniéndolo activo en todos los recorridos independientemente del tipo de trazado o circulación que se realice. 

La mejor opción siempre será ir combinando los diversos modos de conducción, utilizando los mismos en cada momento que sea necesario, buscando reducciones de consumo más a través de una conducción eficiente para así mantener de forma correcta una buena “salud” del motor, sin exigirle esfuerzos inútiles. 

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