Para realizar una conducción eficiente con tu vehículo es necesario que el cambio de marchas sea el adecuado. Seguro que en más de una ocasión has oído que conducir usando siempre marchas largas te ayudará a ahorrar combustible, pero lo cierto es que esto también puede provocar problemas en el motor de tu coche. Te contamos cuándo conducir con marchas largas y cortas para queson las más altas adaptes el rendimiento de tu motor a las condiciones específicas en ese momento.

Cuáles son las marchas largas y las cortas

En primer lugar, es necesario hacer una distinción entre lo que se consideran marchas largas y marchas cortas. Las marchas largas son las más altas que puedes engranar en la caja de cambios para que el vehículo pueda circular en la velocidad establecida.

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Las marchas cortas, por su parte son aquellas que se engranan en lo más bajo para una misma velocidad. La clasificación de ambas dependerá de la velocidad a la que circule el vehículo, pero por lo general se entiende que las marchas cortas serían la 1ª y la 2ª y las largas la 5ª y 6ª (en el caso de que tu coche disponga de ella).

¿Qué pasa si siempre conduces con marchas largas?

Muchos conductores piensan que usar siempre marchas largas es más beneficioso para su motor ya que este trabaja menos revolucionado y consume menos combustible. Lo cierto es que hacerlo siempre con marchas largas no es lo más recomendable ya que puede provocar el efecto contrario, es decir, más averías y un mayor consumo de carburante.

Si la marcha no es la adecuada o se ha cambiado muy pronto, lo más probable es que pises a fondo el acelerador para alcanzar la velocidad. Esto hará que el consumo de combustible aumente considerablemente.

Cuando se circula con marchas largas de manera innecesaria el tiempo para alcanzar la temperatura óptima del motor aumenta. Al no alcanzarse las revoluciones necesarias el motor tarda más en calentarse. Esto hará que la lubricación sea escasa y que el funcionamiento no sea el adecuado.

El motor se ahogará si la marcha no es la adecuada. Además se producirán vibraciones por no circular de manera eficiente. Esto puede hacer que las distintas piezas se vean afectadas por las vibraciones y se dañen más rápido.

Usar marchas muy largas con relación a la velocidad no es seguro ya que tardarás más en acelerar. El tiempo se alarga y la maniobra de adelantamiento o incorporación a una vía será más peligrosa.

El uso frecuente de marchas largas provoca carbonilla, lo que puede generar atascos en distintos componentes del motor. Esto se debe a que estas piezas están pensadas para un funcionamiento con mayores flujos de fluidos y aire. Circular con marchas largas y a bajas revoluciones provocará que la suciedad no se pueda expulsar adecuadamente provocando averías graves.

Conducir con marchas cortas

Si quieres conseguir que tu coche circule de la manera más eficiente y sin dañar el motor, debes saber en qué momentos es recomendable usar marchas cortas, ya que puede ser mucho mejor para el vehículo. Estos son algunos de los casos en los que deberás engranar marchas bajas:

  • Subir un puerto: cuando el coche está subiendo por una pendiente pronunciada y no es capaz de alcanzar de forma cómoda la velocidad adecuada, lo más recomendable es reducir la marcha. En este caso verás que el motor circula a revoluciones más elevadas, pero también con este gesto evitarás que se ahogue.

  • Carril de aceleración: al incorporarte a una vía que dispone una velocidad más alta que la que lleva tu vehículo en ese momento. La mejor opción es hacerlo con marchas más cortas para aportar una mayor potencia que te permita acelerar de una forma más rápida.

  • Adelantar: cuando estás realizando un adelantamiento, sobre todo en vías de doble sentido, es mejor utilizar marchas más cortas ya que te permitirán acelerar más rápido y por tanto aumentar la seguridad en la maniobra.

  • Descender por pendientes pronunciadas: es aconsejable usar el freno de motor. De esta forma mantendrás una velocidad adecuada evitando que las pastillas de freno del coche se desgasten.

  • Para regenerar los filtros: si circulas mucho por ciudad, es recomendable que de vez en cuando realices un recorrido por autovía o autopista, de unos 15 o 20 minutos conduciendo a marchas bajas y con el motor revolucionado, de esta forma conseguirás eliminar la suciedad incrustada en los filtros.

Con nieve, ¿marchas cortas o largas?

En el caso de la nieve, es probable que se te planteen muchas dudas. En estos casos, cuando la calzada presente nieve o hielo, lo más recomendable es conducir de manera suave, evitando acelerones y frenadas bruscas. Si la conducción no es la adecuada es muy probable perder el control del vehículo y sufrir un accidente.

Para garantizar una conducción suave y segura sobre carreteras con nieve o hielo, la mejor opción es decantarse por las marchas largas, haciendo que el motor se mantenga a bajas revoluciones. Además, es en estos casos, es necesario moderar la velocidad y aumentar la distancia de seguridad para evitar problemas.

Cuándo cambiar de marchas

Conseguir una conducción eficiente y beneficiosa para tu motor, pasa por cambiar las marchas en el momento adecuado. De esta forma se garantiza el funcionamiento óptimo del vehículo. Para hacerlo, deberás tener en cuenta la potencia y par motor, algo que se traduce en las revoluciones del motor (RPM).

Cambiar de marcha antes de lo debido, es decir con revoluciones bajas, hará que el coche se ahogue. Si el cambio se produce por encima de las revoluciones recomendadas, se producirá un desgaste en el motor haciendo que el consumo de combustible aumente y se reduzca su vida útil. Las revoluciones recomendadas para el cambio de marcha dependerán del sistema de propulsión de cada vehículo.

Coches diésel

Los motores diésel tardan en alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento, por lo que el arranque debe hacerse de manera suave y sin acelerones. Los cambios de marcha por su parte, deben realizarse de forma ideal entre las 1500 y las 2000 RPM.

Coches de gasolina

Los motores de gasolina son eficientes y alcanzan su temperatura óptima de funcionamiento de forma rápida, por este motivo, el cambio de marcha deberá realizarse entre las 2000 y las 3000 RPM.

Cuidar el motor de tu automóvil es sencillo si sabes cómo sacarle el máximo partido a las marchas. Pero una protección adecuada pasa por una buena póliza. Conoce todo lo que te puede ofrecer el Seguro de Coche MAPFRE.

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