Los frenos constituyen el elemento más importante en cuanto a la seguridad activa en una moto. Los continuos avances han provocado que desde hace algún tiempo los más habituales sean los discos de freno, mucho más eficaces que los antiguos de tambor. Aunque a día de hoy, en las motos de bajo coste y bajas cilindradas en la rueda trasera, todavía encontramos los últimos. Para la rueda delantera, se pueden instalar uno o dos discos según la exigencia de frenado de cada tipo de moto.

¿Cómo funcionan los frenos de moto?

Los discos de acero, cuya principal ventaja es la evacuación del calor generado en la fricción, pueden tener diferentes formas. A veces esta evacuación del calor mejora gracias a las formas lobuladas del disco o a su perforación. Además de éstos, también podemos encontrar discos de otros materiales, como cerámicos más sofisticados o de carbono (utilizados en MotoGP).

La seguridad en los frenos de tu moto también depende de otros componentes, como las pinzas de freno. Son unos elementos que se encargan de enganchar el disco en movimiento para crear la fricción que reduce la velocidad o parar la rueda. Esta pinza puede ser radial o axial, y en función de su construcción y diseño tendrá unas características específicas de frenado, incluso de frenado de emergencia. En la parte interior las pastillas son empujadas por los pistones contra el disco.

Al igual que en los coches, las motos están incorporando poco a poco sistemas de antibloqueo de frenos ABS para incrementar la seguridad. Tanto es así, que el ABS será obligatorio en las motos a partir de 2016, aunque con una pequeña diferencia: en las motos, su accionamiento es independiente en cada rueda. Sin embargo, cada vez más se están extendiendo sistemas de frenada combinada (actuando en las dos ruedas a la vez) que facilitan la estabilidad del conductor a la hora de frenar.

Cuando conducimos una moto y frenamos, se produce de forma hidráulica, es decir, una bomba traslada la presión a la pinza de freno a través de los latiguillos (mejor si son metálicos para una mayor rigidez y tacto de frenada).

Con todos estos componentes, no podemos olvidar que frenar es una de las acciones más difíciles para el motorista. Normalmente, el reparto de la frenada debe estar en torno a un 75% delante y un 25% detrás. Al frenar, echamos el peso en la rueda delantera, por lo que se debe contar con más presión de frenado en ella. Por otro lado, la frenada en la rueda trasera se efectúa para estabilizar el tren trasero.

    Un truco para conseguir un frenado perfecto es accionar el freno trasero unas milésimas de segundo antes. Así conseguiremos estabilizar la rueda trasera y pegarla al asfalto, evitando que se despegue del suelo cuando ejerzamos la mayor presión sobre la rueda delantera.

    Para llevar siempre una total seguridad en los frenos de tu moto no olvides realizar un mantenimiento periódico de los mismos. Además, para que tus desplazamientos sean mucho más seguros, no olvides contratar un Seguro de Moto MAPFRE que te respalda ante cualquier incidente que pueda surgir.